Por Eduardo Iniesta
Tw. @eliniestae
Y uno ahí, organizando pachangas, adornando con globos, comprando regalos, soplando velas y embarrando pasteles sin conocer el significado de lo que estamos haciendo. Así, neta que ya no se puede.
Les cuento. Antes del cristianismo los sumerios, egipcios, babilonios, persas, griegos y romanos; ya armaban sus rituales de cumpleaños para pedirles a los dioses que los protegiera de los demonios, pero como los cristianos pensaban que esa era chamba de un solo dios (el suyo), pues prohibieron este tipo de rituales “paganos y blasfemos”.
La cosa cambió cuando a la iglesia se le ocurrió festejar la navidad y ¡OUPS! Se dieron cuenta de que el éxito de su novedoso concepto radicaba en celebrar el happy birthday de Cristo. Pero ese era un pequeño detalle que no iban a dejar que les estorbara, así que en el siglo IV d.C., el papa Julius I,salió y dijo que siempre no, que no era pecado festejar los cumpleaños.
El festejo de cumpleaños más antiguo del que se tiene registro se organizó allá del 3000 a.C. Fue un fiestón loco con miles de invitados y documentado por la mismísima biblia en el Génesis. 40:23. El cumpleañero en cuestión fue un faraón egipcio bastante farol y mala copa, que a la mitad de la fiesta mandó ahorcar a su jefe de panaderos solo porque ya le caía medio gordo y pues ya de paso para entretener a sus invitados.
En la actualidad, el ritual de las fiestas de cumpleaños sigue conservando un buen de pequeños sub rituales harto paganos. Por ejemplo:
El origen de celebrar comiendo pastel adornado con velitas es herencia de los griegos, que durante las noches de luna llena ofrendaban a Artemisa, diosa de la luna, un pan de harina y miel de forma redonda,el cual decoraban con cirios para representar la luz del astro. Al ofrendar el pan hacían sus plegarias y Artemisa dejaba saber si serían concedidas o no, apagando los cirios a través una suave brisa de aire que elevaba hasta ella las suplicas atrapadas en el humo de los cirios. ¡QUÉ BONITO! Nada que ver con el clásico ¡Ya no sopla!, que nunca falta cuando uno apaga sus velitas.
Por cierto, sólo en México se tiene la costumbre de sambutir la cara del festejado en el pastel, luego de la amenaza de: ¡QUE LE MUERDA, QUE LE MUERDA! Y no hay registro de cómo empezó está manchada tradición, al parecer se derivó de los clásicos de la comedia en los que los pastelazos en la cara resultaban chistosos.
Eso sí, en nuestro país no puede haber una fiesta de cumple sin las tradicionales “Mañanitas”. Para saber más de este popularísimo y pachanguero cántico, échenle una leidita a Lo estúpidamente interesante de las mañanitas.
Los regalos también comenzaron con los griegos, que obsequiaban amuletos al cumpleañero para protegerlo de los malos espíritus y garantizar su seguridad durante el siguiente año de vida.
Y a los romanos les debemos los simpáticos globos que nunca faltan en una fiesta de cumpleaños.Los hacían con vejigas y tripas de animales muertos. ¡IUUUU!
Termina su columna y se siente todo paganote por haber celebrado su cumple la semana pasada.
Eduardo Iniesta es conductor de radio y televisión experto en temas de diversidad sexual. También es un aficionado de encontrarle el lado estúpidamente interesante a la vida.