Por Eduardo Iniesta
Tw.@eliniestae
Según el estado actual de las investigaciones y las legislaciones, todo parece indicar que la respuesta más inteligente al eterno cuestionamiento de “Y nosotros ¿qué somos” Es: “Cualquier cosa mi vida, menos coahuilenses” o mejor aún “Somos una pareja estable coexistente”, o sea, ¡AMANTES!
Y es que en un derroche de vanguardia y harto decoro, el Congreso de Coahuila, aprobó por unanimidad la “Ley para la Familia”, la cual considera entre otras cosas, la pensión alimenticia para la “pareja estable coexistente con el matrimonio y el concubinato”, o lo que es lo mismo, te obligan a pasarle un varo mensual a tu EXAMANTE por haberla o haberlo tronado.
Lo sé, esta ley tiene más gracias que cualidades legislativas. Pero los muy empeñosos congresistas de Coahuila tienen la íntima convicción de que esto era algo en extremo necesario para el estado; la violencia y el endeudamiento económico, claro pueden esperar.
Pero no vayan a pensar que con esto se están legalizando los “segundos frentes” o las “casas chicas” en el estado, si tampoco se trata de eso. Lo que realmente se pretende es evitar que la ciudadanía ande por ahí de coscolina y ojo alegre, pero si lo hacen, por lo menos les salga caro.
Ayer en “Así las Cosas”, el noticiero matutino de W Radio, el diputado Francisco Tobías Hernández, Coordinador de la Comisión de Gobernación, Puntos Constitucionales y Justicia del Congreso de Coahuila, intentó explicar con “Lupitas” y “Juanitos” por qué es necesario seguir manteniendo a la labregona o labregón de tu examante. Píquenle y escuchen.
Escúchenlo:
Amé lo libre y espontáneo de este diputado, pero después me acordé de que esto era cosa seria y me encabroné.
Pero si creen que el congreso de Coahuila se excedió con esta ley, en Hong Kong les dicen ¡QUÍTENSE QUE AHÍ LES VOY! Porque por allá, si una mujer descubre que su esposo le es infiel, la ley autoriza que la esposa asesine al marido, la única condición es que lo haga con sus propias manos; también tiene derecho a matar a la amante, pero a ella la puede ajusticiar como se le dé la gana. Por eso digo que sale más barato pagar pensión.
Claro que los abogados defensores de las y los infieles de Coahuila y Hong Kong podrían utilizar en la defensa de sus clientes un estudio realizado en la Universidad de Connecticut, en el que se determinó al dinero como un factor importantísimo en la búsqueda de relaciones extramatrimoniales; ya que, según sus estadísticas, el que gana menos dinero en una relación es el que tiene mayores probabilidades de ser infiel, y esto se da con mayor frecuencia en hombres cuyos salarios son inferiores al de sus esposas.
Pero como en los litigios se necesita ser muy específicos, también se podría argumentar en el caso de los hombres, que fueron infieles porque tienen los testículos muy grandes. Sí, y restregarle en la cara al juez el estudio de la Universidad de Noruega, en el que se determinó que el grado de infidelidad de los primates de sexo masculino es directamente proporcional al tamaño de sus testículos. Entre más grandes, más infieles; ya que a mayor tamaño, más cantidad de fluido espermático, lo cual los impulsa a aparearse con más frecuencia y con diferentes hembras. SIMPLE.
Y en el caso de las mujeres, se podría objetar que fueron infieles para proteger a sus hijos, echando mano de otro estudio realizado por científicos británicos y franceses, el cual buscó las causas biológicas de la infidelidad femenina, concluyendo que las hembras primates copulan con diversos machos dominantes como una estrategia para evitar que estos maten a sus crías. Si todo es culpa de nuestros ancestros “¡DEVERAS!”
Termina su columna y agradece ser fiel porque no tiene un varo.
Eduardo Iniesta es conductor de radio y televisión experto en temas de diversidad sexual. También es un aficionado de encontrarle el lado estúpidamente interesante a la vida. Síguelo en @eliniestae
