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2024-12-18 19:17:35

Lo estúpidamente interesante de los ambidiestros

Ahora resulta que ser ambidiestro no es tan bueno como pensábamos.

abril 10, 2015

Lalo-IniestaPor Eduardo Iniesta
@eliniestae

Les cuento. El más pequeño de mis sobrinos tiene cuatro añitos y es ambidiestro de nacimiento, es decir, pertenece a ese selecto uno por ciento de la población mundial a la que le resulta indistinto usar la mano izquierda o la derecha para escribir o dibujar; incluso puede dibujar con una mano y escribir el abecedario con la otra AL MISMO TIEMPO.

Pero como se sabe que Leonardo Da Vinci también era ambidiestro, pues nosotros encantados de tener a un prospecto de genio en la familia. Y es que si toman en cuenta que las únicas veces que algún miembro de mi familia coordinó exitosamente ambas manos fue bailando “La macarena” en el cumpleaños de mi tía “La Güera”, pues como que sí nos daba hartas esperanzas.

La ilusión del sobrino genio se vino abajo cuando la psicóloga de preescolar le comunicó a mi hermana que tenían que forzar al niño para que escribiera sólo con una mano, la que él decidiera, pero sólo con una. Semejante idea se nos hizo absurda e inquisidora, como cuando los zurdos eran considerados entes sobrenaturales y controlados por el demonio. Estábamos convencidos de que seguir semejante consejo sólo limitaría las capacidades del niño.

Mi hermana se la súper armó de tos a la psicóloga e indignada se puso a buscar una segunda y hasta tercera opinión sólo para darse cuenta de que la mayoría de los psicólogos y pediatras consideran la ambidextria como una señal de alerta, ya que según le explicaron, los niños ambidiestros tienen una mayor tendencia a la esquizofrenia. Eso sí, ninguno de los especialistas coincidió en la forma en la que se vincula la ambidextria con la esquizofrenia. Los más empeñosos argumentaron que al no existir un hemisferio cerebral dominante en los ambidiestros, se les dificulta más establecer la diferencia entre lo real y lo irreal; mientras que la explicación más austera fue que lo primero era síntoma de lo segundo. Así “nomás”.

Otro dato interesante es que existen ambidiestros que aseguran “ver sonidos” o “escuchar colores”. Ya sé, da miedo. Suena como a: “I see dead people”. Juro que si un día mi sobrino me dice algo así voy a ensuciar los pantalones.

A mi hermana no le quedó de otra más que aceptar que a su hijo le pusieran una calcomanía de carita feliz en la mano izquierda para recordarle que esa es “la mano buena”, con la que tiene que escribir y de esta forma ir introduciéndolo a la de a fuerzas a ese diez o quince por ciento de la población mundial que es zurda. El niño acató la instrucción si ningún problema y escribe con la mano izquierda, pero hasta el momento no hay poder humano que logre hacer que el chamaco deje de dibujar y colorear con ambas manos.

En la Edad Media, los soldados ambidiestros que luchaban con las dos manos eran cotizadísimos por los reyes y los mantenían muy cerca de ellos como guardias personales o como soldados de élite. En la actualidad ser ambidiestro es muy útil en actividades como la natación, las artes marciales mixtas o tocar el piano.

Ya después les contaré si mi sobrino nos sale esquizofrénico o no, pero por el momento les puedo asegurar que es adorablemente latoso y un genio capaz de derretirte con su espontanea sonrisa.

abril 10, 2015