Por Eduardo Iniesta
Tw. @eliniestae
Mi esposo y yo estamos convencidos de que tenemos un fantasma en el departamento, al cual llamamos «el viejo del costal», no es que literal esté viejo y cargue un costal, no. Pero como de chavito mi mamá me asustaba con que me iba a llevar el viejo del costal, pues así bauticé a nuestro fantasma.
Lo curioso del ente o cosa rara, es que resultó un alcahuete de lo peor. Siempre se aparece cuando discutimos y decido irme a dormir al sofá, pero cuando veo ese monigote oscuro parado justo debajo del marco de la puerta, se me quita lo sácalepunta y por más encanijado que esté agarro mi almohada para irme en friega y de puntitas a acurrucarme con el causante de mi enojo.
Y como no pienso permitir que un fantasma o lo que sea, me arrebate el derecho a dormir en la sala cuando se me antoje, eché mano de la ciencia para perderle el miedo al fregado “viejo del costal”.
Según un estudio realizado en Estados Unidos por Harris A Nielsen Company, el 42% de los estadounidenses están convencidos de la existencia de fantasmas; mientras que en estudios similares aplicados en Inglaterra, el porcentaje aumenta hasta el 52%. De hecho existen científicos (no brujos ni curanderos,) que explican la existencia de fantasmas a través de la teoría de la relatividad, ya que según esta teoría “la energía no se crea ni se destruye, simplemente se transforma”, por lo tanto al morir una persona, su energía se transforma en “energía residual o entes espectrales”. Ya sé, aplicar la teoría de la relatividad de esta forma es muy chafa, porque si la energía de una persona se transforma en algo al morir, es simplemente en calor.
Y para todos esos incredulotes que piensan que ningún científico serio puede creer en los fenómenos paranormales, les cuento que durante los años 70 y hasta 1995 el ejército de Estados Unidos dirigió un montón de estudios secretos para crear «agentes psíquicos», capaces de telepatear al enemigo y de resolver casos comunicándose con fantasmas. En la actualidad el ejército gringo descalifica los resultados su programa de investigación psíquica, pero el premio Nobel de física 1973, Brian D. Josephson, le dio una revisadita a estas investigaciones y aseguró que más del 40% de los casos en los que se usaron «sujetos dotados» en estos estudios, resultaron exitosos, e insistió en integrar los fenómenos mentales y paranormales dentro del marco de la ciencia.
Por su parte la NASA asegura que los causantes de que veamos fantasmas o percibamos “presencias”, son el infrasonido y los campos magnéticos, ya que nuestros ojos tienen una “frecuencia de resonancia de 18 ciclos por segundo” y si algo hace que se exceda esa frecuencia, se generan vibraciones que causan errores de visión, o sea, fantasmas. Mientras que las pequeñas ondas de ultrasonido que pululan por ahí sin que alcancemos a escucharlas, sí son percibidas por nuestro cuerpo causando escalofríos, falta de aliento y miedo.
¿Será que algo que me anda vibrando por ahí es el causante de que “el viejo del costal” se aparezca en mi depa?
Casi termina su columna y siente que le jalan las patas.
Continuará…