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2024-11-16 05:20:58

Lo estúpidamente interesante de los precios

Quien diga que los números no mienten es porque jamás se ha lanzado al súper a surtir su despensa.

septiembre 18, 2015

eduardo

  Por Eduardo Iniesta
 Tw. @eliniestae

    Y miren que se los dice alguien que está casado con un comprador compulsivo, y que cada que vamos al súper lo tiene que dopar con tranquilizante de caballos para que no sea seducido por el canto de sirena de los “precios bajos”.

Pero a ver. No sé si sean mis nervios o los precios de los productos en las grandes tiendas de autoservicio nos asechan en una actitud bastante sospechosista ¿O cómo se explican que ningún producto tenga un costo cerrado? JAMÁS, pero en serio JAMÁS, te ponen que algo te cueste 5 pesos, prefieren ponerle 4.97 o 4.99 ¿POR QUÉ FREGADOS LO HACEN SI AL PAGAR EN LA CAJA TERMINAN COBRANDOTE 5 PESOS REDONDITOS?

Pues resulta que la respuesta la encontramos en la psicología y que estas tiendotas nos tienen a todos perfectamente condicionados como perritos de Pablov.  La bonita graciosada se define como el  efecto del dígito izquierdo y es cuando los consumidores no  pelamos la parte final de los precios y nos concentrándonos únicamente en el número que está más a la izquierda. Así, aunque 4,99  sea prácticamente 5, nuestra memoria sólo registra ese mágico «4» generándonos la sensación de que es un peso más barato. Qué poca ¿no?

Otros que son fans del efecto del dígito izquierdo son los de Apple, y si no me creen, googlen en este instante  “Precio del Iphone 6 plus” y comprueben lo que les digo.

Pero volvamos a los supermercados. Otra razón por la que estas tiendas adoran los precios impares es para quedarse con nuestros centavitos. Y no es que uno ande de cuenta chiles, pero a ver, la cadena de supermercados más grande en México tiene dos mil tiendas repartidas en todo el país. Suponiendo que en un día esta tiendota redondea 20c por persona y que  una caja atiende a unos 30 clientes por hora, pues ya ganó 6 pesitos, y si lo multiplicamos por 10 cajas pues ya son 60 pesos, que multiplicados por las 15 horas en las que está abierto el súper, nos da 900 pesos, que necesariamente tenemos que multiplicar por las 2 mil tiendas para tener como resultado un millón 800 mil pesotes AL DÍA, recaudados sólo con redondear centavos; que al mes nos da la obscena cantidad de 54 millones de pesos y al año 648 millonsotes ¡Tómenla!

Los supermercados usan ese dinero para quedar bien con sombrero ajeno y donarlo a asociaciones benéficas, y de esta forma deducir harto varo en impuestos. Listillos los muchachitos.

Y nunca se han preguntado ¿Por qué varia tanto el precio entre productos prácticamente iguales? Pues ahí está el otro gran engaño. Les cuento. Muy buzos, los de marketing colocan los productos que les interesa vender más raídamente junto a otros artículos muy similares, pero que cuestan mucho más, de esta forma los incautos clientes pensamos que estamos ante una mega ganga porque ambos artículos sirven exactamente para lo mismo, pero uno es visiblemente más barato que el otro,  y terminamos comprándolo cuando sólo íbamos al súper por medio kilo de limones.

Termina su columna y busca el sedante equino pa´ lanzarse al súper con su esposo.

 

 

Eduardo Iniesta es conductor de radio y televisión experto en temas de diversidad sexual. También es un aficionado de encontrarle el lado estúpidamente interesante a la vida. Síguelo en @eliniestae

septiembre 18, 2015