Por Eduardo Iniesta
Tw. @eliniestae
El 10 de mayo es el día en que México celebra por todo lo alto a las “madrecitas”, así, en diminutivo para que se note que es harto el cariño ¿Cómo que no? De hecho, hasta te mal miran si no haces alarde de lo mucho que respetas a tu mami y de lo increíblemente agradecido que estás con ella por haberte dado la vida.
Durante 24 horas se arma un despliegue logístico y mercadológico impresionante: los canales de televisión presentan programación especial para “las reinas del hogar”, los restaurantes se atiborran y sus listas de espera son de más de dos horas, las tiendas de electrodomésticos registran incrementos en las ventas de licuadoras y sartenes de teflón (se los juro, es neta), “Las Mañanitas” y “Señora, Señora” se andan dando un “quién vive” como la rola más escuchada del día, los mariachis no se dan abasto con las serenatas, y los precios de las flores aumentan hasta un 100% porque todos sabemos que la mejor manera de decir “te quiero” es con un ramo de vegetación muerta.
Hasta aquí todo muy bonito. Choteado, pero bonito ¿no? Nos deja en claro que los mexicanos y mexicanas celebramos y respetamos la maternidad. Entonces la pregunta es: ¿Por qué razón el embarazo es la principal causa de discriminación laboral contra las mujeres en este país?
De acuerdo con los resultados de la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de Relaciones en los Hogares realizada por el INEGI en el 2011, una de cada diez mujeres ha padecido de violencia laboral por el hecho de ser madre o de estar embarazada. Esta violencia se ha presentado al solicitarles pruebas de embarazo; mientras que el 2% indicó haber sido despedidas, sufrir reducción en sus sueldos o la no renovación de contratos por su condición.
Por su parte, el Consejo para Prevenir y Eliminar la Discriminación en la Ciudad de México (COPRED), reportó en su en Cuesta Sobre Discriminación 2013, que en la capital del país el 52.5% de la población reconoce que existe discriminación hacia las mujeres embarazadas. Las formas en que son discriminadas consisten en ser despedidas de sus trabajos al dar a conocer sus embarazos; echadas de sus hogares, no recibir atención médica en los hospitales y negarles el derecho a trabajar.
Pareciera que para las mexicanas y los mexicanos la única madre que es digna de apapacho y respeto es la propia. Nada más les encargo que el capítulo quinto de la Ley Federal del Trabajo especifica los derechos laborales que tienen las mujeres durante el periodo pre y posnatal, y que el artículo 4 de la Ley Federal para Prevenir y Eliminar la Discriminación es muy claro al puntualizar que “toda distinción por condición de embarazo que tenga por efecto impedir o anular el reconocimiento o el ejercicio de los derechos y la igualdad real de oportunidades es un acto discriminatorio”.
Así que si ustedes son de los que regalan licuadoras y sartenes el día de las madres o peor aún, de los que discriminan a las mujeres embarazadas, en verdad ¡Qué mal están!
Otra cosa que no entiendo es por qué el “Día Mundial de Limpiar Tu Habitación” se celebra también en 10 de mayo ¿Habrá sido sugerencia de alguna madre mexicana?
Termina su columna y le echa hartas ganitas para reconocer el valor de la maternidad TODOS LOS DÍAS.