Por: Eduardo Iniesta
Tw. @eliniestae
Hoy, 6 de agosto, se cumplieron 70 años del ataque gandaya con bomba atómica sobre la ciudad japonesa de Hiroshima, perpetrado por los gobiernos de Estados Unidos, Reino Unido y China. La detonación de Little Boy (porque eso sí, hasta nombre le pusieron a su estúpida bomba) causó la muerte de más 140 mil personas. Y tres días después, el 9 de agosto, repitieron la misma desgraciadez soltando su bomba más gorda, la Fat Man, sobre Nagasaki, que mató a 70 mil personas más.
Después de los bombardeos surgieron varios ‘Hibakusha’, o sea, “persona bombardeada que sobrevivió al ataque nuclear”; y les juro que a nadie de esta gente le salieron músculos verdes por todo el cuerpo con fuerza sobrenatural o algún otro tipo de súper poder. Al contrario, se creía que los ‘hibakusha’ contagiaban enfermedades si tocaban a los demás, por lo que fueron discriminados y segregados de la sociedad.
Pero por increíble que parezca existió un hombre que ¡SOBREVIVIÓ A LAS DOS BOMBAS ATÓMICAS! ¿Eso es tener muy buena suerte o de plano muy mala?
El indestructible hombre fue Tsutomu Yamaguchi, un ingeniero de 29 años que diseñaba barcos para Mitsubishi, y que la mañana del 6 de agosto de 1945 andaba en Hiroshima por asuntos de chamba.
En el libro documental “Dos veces bombardeado”, se narra que Yamaguchi caminaba feliz por la calle, niponeando a unos dos kilómetros de la zona cero, cuando de repente ¡ZASCUALAZ! Salió volando por las alturas poco antes de que una luz enceguecedora lo invadiera todo, y una nube en forma de hongo se levantara desde el piso hasta el cielo. Cuando despertó se encontraba en una improvisada enfermería montada en lo que quedaba de las calles de la ciudad. Tenía quemaduras en la cara y los brazos, pero nada que pusiera en peligro su vida. Así que el 8 de agosto lo mandaron a su ciudad natal, Nagasaki.
Con todo y todo, Tsutomu Yamaguchi se apersonó en su trabajo la mañana del 9 agosto en las oficinas de Mitsubishi. Y mientras le contaba a sus amigos cómo había sobrevivido a Hiroshima, ¡ZASCUALAS! Otra vez la luz cegadora, la nube de hongo y a volar por las alturas. Esta vez se encontraba niponeando a tres kilómetros del punto en el que explotó la fregada “Fat Man”.
Nuestro hombre radiactivo perdió el oído izquierdo y le quedaron varias cicatrices en el cuerpo como secuelas de ambas explosiones nucleares, y murió el 4 de enero del 2010 a los 93 años de cáncer de estómago. Yamaguchi decidió contar su historia hasta el verano 2005.
Por cierto, hay quienes aseguran que las ciudades de Kioto y Kokura también iban a ser bombardeadas, pero en el caso de Kioto, el secretario de Guerra durante el Gobierno de Roosevelt, insistió en que no se atacara esa ciudad, ya que ahí había pasado su luna de miel y le atraía buenos recuerdos.
Y Kokura se salvó gracias al mal tiempo. El bombardero que tenía la misión de atacar la ciudad, sobrevoló la zona tres veces pero no lanzó la “Fat Man”, debido a la nubosidad, por lo que decidió brincársela e irse directamente a Nagasaki.
Termina su columna y piensa que son malas personas si se rieron en alguna parte de este texto.
Eduardo Iniesta es conductor de radio y televisión experto en temas de diversidad sexual. También es un aficionado de encontrarle el lado estúpidamente interesante a la vida.