Por Jacobo Dayán
Tw. @dayan_jacobo
Durante este año casi el 75% de los ataques suicidas en el noreste de Nigeria han sido perpetrados por mujeres y niñas, este porcentaje presentó un incremento importante durante 2015. En 2014 se registraron 26 ataques en la región y en lo que va de 2015 ya son 27.
Ellas no son las perpetradoras, también son víctimas ya que son utilizadas intencionalmente para llevar a cabo los ataques, el grupo islamista Boko Haram es el responsable de estos hechos. Se les coloca bombas en el cuerpo o cinturones con explosivos para ser detonados en espacios públicos como mercados, escuelas o estaciones de autobús. Boko Haram ha aumentado la utilización de mujeres y niñas ya que por lo regular no se les realizan inspecciones de seguridad.
Según cifras del UNICEF, el conflicto en Nigeria ha desplazado a más de 740 mil niños y más de 10 mil se encuentran separados de sus familias y sin la compañía de un adulto, en estas condiciones resulta más fácil ser víctima de grupos que los involucra en actividades delictivas, los reclutan como niños soldados o son explotados sexual y laboralmente.
Por si fuera poco y debido al incremento de ataques suicidas realizados por niños, la sociedad empieza a verlos como una amenaza y complica la posible reinserción y readaptación de los menores. Los daños causados a la niñez son enormes, más de 35 mil niños han recibido apoyo psicosocial por parte de UNICEF y las autoridades locales.
Las cifras globales son alarmantes. En todo el mundo, alrededor de 300 mil niños y niñas participan en conflictos armados. Por niño soldado se entiende cualquier menor de los 18 años que forma parte de fuerzas armadas o grupos armados en cualquier posición, no únicamente aquellos utilizando armas. Por lo regular son reclutados de manera forzada o se les secuestra para dichos fines. Algunos incluso tienen menos de 10 años. Muchos se unen a grupos armados por presiones económicas o sociales e incluso algunos buscando alimento y seguridad. En el caso de las niñas, por lo regular sufren agresiones y abusos sexuales lo que les dificulta su reintegración al finalizar los conflictos ya que son rechazadas por la sociedad.
En nuestro país hemos visto a menores de edad como sicarios y “halcones” (espías de grupos criminales). Es difícil saberlo pero se calcula que más de 20 mil menores de edad están vinculados con el crimen organizado en México. La mayoría de ellos crecieron en entornos de violencia y pobreza, sin oportunidades de educación y rodeados de una sociedad que los margina.
La Oficina del Representante especial del Secretario General de la ONU para la cuestión de los niños y los conflictos armados afirma que “el reclutamiento y utilización de niños menores de 15 años de edad como soldados está prohibido en el derecho internacional humanitario y está tipificado como crimen de guerra por la Corte Penal Internacional… Las partes en conflicto que reclutan y utilizan a niños son incluidas por el Secretario General en su lista anual de la vergüenza”, no creo que esto preocupe mucho a los grupos armados.