Por Alejandra Ortíz Medrano
@alita_emo
“Yo tequila no, porque me pone…” Todos tenemos este tipo de auto-censura hacia ciertas bebidas alcohólicas que, según nosotros, nos inducen estados de ánimo particulares: que si con cerveza soy más divertido, con martinis me pongo insoportable, con tequila no dejo de cantar rancheras.
Durante el día siguiente también existe este patrón en la cruda: a pesar de que podemos ingerir la misma cantidad de alcohol, no es lo mismo si viene de cuatro vodka tonics que de una botella de vino. La razón de esto está parcialmente en los congéneres.
Los congéneres son moléculas que se encuentran en las bebidas alcohólicas y les dan sus olores, colores y sabores particulares. Vienen de las plantas que se usan para producir el alcohol, también pueden ser subproductos de la fermentación, hay veces que se les añaden para generar un sabor particular, y otras veces pueden venir incluso de las barricas donde se añejan los productos. Los famosos taninos que le dan esa sensación agarrosa al vino son congéneres. La regla general es que, entre más congéneres tiene una bebida, más obscuro es su color y peor es la cruda.
Los congéneres son además en parte responsables de esos estados de ánimo particulares para cada tipo de alcohol. Se sabe por ejemplo que los congéneres que salen de las barricas de encino donde se añeja el whisky inhiben la acción de la proteína encargada de metabolizar el alcohol en la sangre (la alcohol-deshidrogenasa), lo que significa que un whisky de 20 años se quedará en tu cuerpo más tiempo que uno de cinco. Esto, evidentemente, tendrá consecuencias en tu actuar durante la borrachera.
Además de estas moléculas, la psique tiene mucho que ver con nuestro comportamiento en sociedad en presencia del alcohol. Se sabe que si nos predisponemos a estar en un mood particular, es más fácil entrar en él. Por ejemplo, si asociamos el vino con “una vida bohemia”, o la champagne con ambientes festivos, entonces cuando tomemos estas bebidas entraremos en esos estados de ánimo con mayor facilidad. Incluso se ha comprobado que una persona que no está consumiendo alcohol, pero está en una reunión donde todos los demás sí, comenzará a mostrar características de borracho incluso en sus capacidades de reacción (tiempo de re evaluar al conductor designado).
Entonces, ¿qué hacer para evitar estados de ánimo indeseables y crudas peores aún? Lo que es totalmente seguro es que entre más alcohol consume uno, más borracho se pone y peor es la cruda. Ya cada quién sabrá a qué o quién responsabilizar del llanto o la alegría.
Alejandra Ortíz Medrano es tapatía. Estudió biología y divulgación de la ciencia en la UNAM. Ha colaborado en diversos trabajos de comunicación de la ciencia en diferentes medios, y ha ganado varios reconocimientos por su labor en este campo. Poco a poco se identifica más con la señora loca de los gatos, y eso no le molesta.