Por Edilberto Peña Tw. @Edilberto_pena
Cada vez que haces algo placentero, como comerte tu comida favorita, pasar la tarde con tus amigos, tener sexo o saltar en paracaídas, tu cerebro libera dopamina, la famosísima hormona del placer, que es parte de un complejo sistema de recompensas que sirve para que la especie sobreviva.
¿Qué pasa cuando usas drogas?
Al usar alguna droga, tu cerebro se pone generoso y libera entre 10 y 30 veces más dopamina, y eso, por donde lo quieras ver, es mucho más placer… pero el costo es alto.
El consumo constante de cualquier droga afecta, entre otras cosas, tu “sistema natural” de producción de dopamina, que se vuelve flojo y secreta una menor cantidad. Por eso es que para sentir sumas normales de placer cada vez necesitas más droga. Tu cerebro se puede hacer adicto al grado de generar una gran inestabilidad de varios neurotransmisores que producen malestar en el cuerpo y una inmensa ansiedad con tal de obtener su dosis. Si no lo crees, recuerda a ese amigo que todos tenemos que ha tratado de dejar de fumar de golpe.
Todo eso pasa en el centro neurológico de la gratificación y la recompensa, que gira alrededor de una estructura que se llama núcleo accumbens y tiene fuertes conexiones con las áreas de nuestros comportamientos primitivos: el área tegmental ventral, y nuestros comportamientos conscientes y mediados por la voluntad: la corteza pre frontal. Normalmente la dopamina viaja entre las neuronas y activa receptores que generan la sensación de bienestar y luego regresa a la neurona que la liberó para ser reutilizada. Pero si consumes alguna droga, por ejemplo, cocaína, ese proceso se altera porque se liberan grandes cantidades de dopamina y se bloquea el sistema de reabsorción. Así que la dopamina satura los neuroreceptores, de ahí la sensación de euforia. Pero después de unos minutos el nivel de dopamina en el cerebro se desploma y de ahí la depresión y la necesidad de consumir más droga para alcanzar ese estado nuevamente.
Efectos de las drogas
Nicotina
- Aumenta la atención y concentración.
- Disminuye la ansiedad.
- Activa tu intestino.
Alcohol
- Traquilizante en dosis bajas.
- Euforizante en dosis intermedias.
- Depresor del sistema nervioso central en dosis altas.
Marihuana
- Controla contracturas musculares.
- Regula la transmisión de dolor.
- Relajante.
Cocaína, tachas y anfetaminas
- Euforizante.
- Incrementa la resistencia.
Edilberto Peña es médico cirujano, psiquiatra, neuropsoquiatra y director de investigación del Instituto de Neurociencias, Investigación y Desarrollo Emocional.