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¿Cómo prevenir el suicidio en los que amamos?

¿Cómo prevenir el suicidio en los que amamos? Les damos unos tips para que reconozcan las señales y con quién acudir.

julio 26, 2023

¿Cómo prevenir el suicidio en los que amamos? Les damos unos tips para que reconozcan las señales y con quién acudir.

Les queremos compartir información sobre el suicido, ya que los índices han ido a la alza, resultase ser que desde hace algunos años, las mujeres han decidido acabar con su vida, algo que no se veía en años, por eso les explicamos qué onda con las señales y cómo es que pueden prevenirlo.

¿Qué onda con el suicidio en México?

Durante el año 2021, México enfrentó una alarmante situación con respecto al suicidio, con un promedio de 23 personas quitándose la vida diariamente, según datos proporcionados por José Edmundo Urquieta Salomón, director de Indicadores y Análisis de Información Gubernamental del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) a Expansión. De estos casos, en promedio, 18 fueron hombres y 5 fueron mujeres.

La tendencia de suicidios ha mostrado un preocupante incremento del 15% desde el 2019 hasta el 2021, con 7,223 casos registrados en 2019, 7,896 en 2020 y 8,351 en 2021. Es particularmente alarmante el aumento en las tasas de fallecimiento por lesiones autoinfligidas entre mujeres y jóvenes de 15 a 29 años, como señaló el funcionario durante la apertura de la Semana Nacional para la Prevención del Suicidio.

En un período más extenso, desde 1990 hasta 2021, las tasas de suicidio en hombres se han triplicado, mientras que en mujeres se han cuadruplicado, según los datos proporcionados por el funcionario. Esta situación resalta la creciente problemática del suicidio en el país, mostrando un incremento significativo y especialmente preocupante en el caso de las mujeres.

El informe también destaca la preocupación de las autoridades sanitarias acerca del suicidio en jóvenes, ya que el 66.5% de todos los suicidios ocurridos el año pasado tuvieron lugar en personas de edades comprendidas entre los 10 y 39 años.

Y ¿el suicidio en el mundo?

Los datos globales también muestran que el suicidio es una tragedia que afecta a nivel mundial, con cerca de 703,000 personas quitándose la vida cada año y muchas más intentándolo. Esta problemática afecta a familias, comunidades y países, dejando efectos duraderos en los allegados de las víctimas. Es importante destacar que en 2019, el suicidio fue la cuarta causa de defunción en el grupo etario de 15 a 29 años en todo el mundo.

No es una cuestión que afecte únicamente a países de altos ingresos, ya que más del 77% de los suicidios ocurridos en 2019 tuvieron lugar en países de ingresos bajos y medianos, lo que indica que es un fenómeno que impacta todas las regiones del mundo.

Se reconoce que las tasas de suicidio son más elevadas entre grupos vulnerables y discriminados, como los refugiados y migrantes, los pueblos indígenas, y las lesbianas, homosexuales, bisexuales, transexuales e intersexuales, así como los reclusos. Además, un factor de riesgo destacado es la presencia de un intento previo de suicidio.

Mientras tanto, Uruguay enfrenta una tasa de suicidio preocupante de 20.6 cada 100,000 habitantes, ubicándose entre las más elevadas de América, junto con Cuba y las Guyanas. Esta cifra supera a países como Argentina, Chile, Colombia, Estados Unidos y Canadá.

La problemática del suicidio es una cuestión de suma importancia para la sociedad, y urge la implementación de estrategias y políticas efectivas para la prevención y el apoyo a quienes puedan estar en riesgo.

¿Cómo prevenir que las personas se suiciden?

Si crees que alguien está experimentando pensamientos suicidas, es esencial tomar medidas inmediatas para ayudar y brindar apoyo, estas son algunas de las señales a las que tienen que estar atentas:

No minimices ni ignores los comentarios o señales de suicidio. Es importante entender que estas personas están pasando por un momento de extrema angustia y necesitan apoyo y comprensión.

Escucha activamente: Permítele expresar sus pensamientos y sentimientos sin juzgarlos. Escucha con empatía y sin interrumpir. A veces, solo el acto de hablar sobre sus sentimientos puede aliviar parte del dolor emocional.

Sé compasivo y no critico: Evita ser crítico o dar respuestas simplistas como «solo supéralo». En cambio, valida sus sentimientos y dile que estás ahí para apoyarlo.

No prometas confidencialidad absoluta: Si alguien está en peligro, es importante que no prometas mantener en secreto la situación. Su seguridad es lo primero, así que busca ayuda profesional.

Pregunta sobre su plan: Si es posible, pregúntales directamente si han planeado cómo llevar a cabo sus pensamientos suicidas. Cuanto más detallado sea su plan, mayor es el riesgo. No temas hablar sobre el tema, ya que puede ser el primer paso para encontrar soluciones.

Busca ayuda profesional: Siempre es crucial involucrar a un profesional de la salud mental, como un psicólogo o psiquiatra, en situaciones de pensamientos suicidas. Puedes ofrecer acompañar a la persona a buscar ayuda o ayudar en la búsqueda de recursos disponibles.

Mantén la seguridad: Si crees que la persona está en peligro inmediato, no dudes en llamar a los servicios de emergencia o llevarla a una sala de urgencias para recibir atención inmediata.

Permanece con la persona: Si es seguro hacerlo, quédate con la persona o asegúrate de que alguien de confianza lo haga hasta que se obtenga la ayuda profesional necesaria.

Evita dejarlos solos: Si la situación es crítica, no los dejes solos. La presencia de alguien de apoyo puede ser fundamental para evitar acciones impulsivas.

Busca el apoyo de otras personas cercanas: No cargues con la responsabilidad tú solo/a. Busca el apoyo de amigos, familiares u otras personas cercanas para brindar una red de apoyo y comprensión.

Recuerda que la prevención del suicidio es una responsabilidad compartida y que, aunque puedes ofrecer apoyo, es fundamental contar con la intervención de profesionales capacitados para manejar adecuadamente estas situaciones.

Los mitos sobre el suicidio que deben de dejar de creer…

Mito: El que se quiere matar no lo dice. De cada diez personas que se suicidan, nueve de ellas manifestaron claramente sus propósitos y la otra dejó entrever sus intenciones de acabar con su vida.

Mito: Los que intentan suicidarse no desean morir, sólo hacen el alarde. Aunque no todos los que intentan el suicidio desean morir, es un error tildarlos de alardosos, pues son personas a las cuales les han fracasado sus mecanismos útiles de adaptación y no encuentran alternativas, excepto el intentar contra su vida.

Mito: Si de verdad se hubiera querido matar, se hubiera tirado delante de un tren. Todo suicida se encuentra en una situación ambivalente, o sea, con deseos de morir y de vivir. El método elegido no refleja sus deseos de morir.

Mito: El sujeto que se repone de una crisis suicida no corre peligro alguno de recaer. Casi la mitad de los que atravesaron por una crisis suicida y consumaron el suicidio, lo llevaron a cabo después de los tres primeros meses tras la crisis emocional, cuando todos creían que el peligro había pasado. Ocurre que cuando la persona mejora, sus movimientos se hacen más ágiles, está en condiciones de llevar a vías de hecho las ideas suicidas que aún persisten, y antes, debido a la inactividad e incapacidad de movimientos ágiles, no podía hacerlo.

Mito: Todo el que intenta el suicidio estará en ese peligro toda la vida. Entre el 1% y el 2% de los que intentan suicidarse lo logran durante el primer año después del intento y entre el 10% y el 20% lo consumarán en el resto de sus vidas. Una crisis suicida dura horas, días, raramente semanas, por lo que es importante reconocerla para su prevención.

Mito: El suicidio se hereda. No está demostrado que el suicidio se herede, aunque se puedan encontrar varios miembros de una misma familia que hayan terminado sus vidas por suicidio.
En estos casos, lo heredado es la predisposición a padecer determinada enfermedad mental en la cual el suicidio es un síntoma principal, por ejemplo, los trastornos afectivos y las esquizofrenias.

Mito: Al hablar sobre el suicidio con una persona en este riesgo se le puede incitar a que lo realice. Está demostrado que hablar sobre el suicidio con una persona en tal riesgo, en vez de incitar, provocar o introducir en su cabeza esa idea, reduce el peligro de cometerlo y puede ser la única posibilidad que ofrezca el sujeto para el análisis de sus propósitos autodestructivos.

Puedes conocer más mitos y saber en dónde pedir ayuda aquí.

Fuentes: Edilberto Peña, Neuropsiquiatra y maestro en ciencias, INEGI, Expansión.

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