Mario Guerra
Tanatólogo, terapeuta
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¿Qué es el enojo?
- Es la emoción que nos prepara para la pelea y el contraataque.
- El enojo no es sino el intento que hacemos por balancear una situación que hemos considerado injusta, contra la impotencia que nos provoca lo ocurrido.
¿Tiene alguna utilidad práctica?
- Hacerle saber a otro que lo que ha hecho nos ha afectado.
- Para evitar que lo vuelva a hacer o repare su falta.
- Hacerle saber a otros que hemos sido lastimados.
- Para que empaticen con nosotros y nos sintamos comprendidos y cobijados por el grupo.
¿Pero realmente funciona?
- La gran mayoría de las veces no resuelve el hecho que ha provocado nuestro enojo.
- Para que el enojo sea de verdadera utilidad, debe cumplir con estos dos criterios:
- Ser dirigido hacia la persona que intencional e innecesariamente se ha portado de una manera ruda o injusta hacia ti.
- Ser benéfico o ventajoso para tí; es decir, que te ayude a alcanzar un objetivo.
- Es importante señalar que algo que es benéfico para tí no es que al otro le vaya mal o que sufra.
- Eso no te provee de un beneficio, sino de un perjuicio al otro, aunque puedas alegrarte.
- La realidad es que pocas veces nuestro enojo lo expresamos bajo esas condiciones.
¿Qué necesitamos para manejar el enojo?
Conciencia:
- De nuestras explosiones de ira.
- No de justificarse con un “pues es que así soy yo”.
Responsabilidad:
- Para asumir que esto no es un mal genético, sino algo con lo que se puede trabajar y matizar con los pasos adecuados.
Voluntad:
- De querer cambiar, de ya no querer lastimar a los demás.
- Ya hablamos en otra ocasión de como muchos “se sirven” de las emociones para chantajear o manipular a otros.
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Como van a dar una solución en dos pasos debe ser sencillo:
- NO: Por eso se necesita la suficiente motivación y saber que van a presentarse muchas resistencias inconscientes.
- Además, porque el enojo ofrece recompensas inmediatas:
a. Sentirte moralmente superior que aquel o aquello que te ha hecho enojar.
b. Satisface tu necesidad de justicia inmediata, porque sientes que estás poniendo “en su lugar al otro”.
c. Te libera de la ansiedad y de un sentimiento de vulnerabilidad, pues la adrenalina te hace sentir empoderado, aunque la sensación no dura.
d. Te impide sentirte en soledad y abandono, pues regularmente te enojas con alguien que es importante para ti y al menos el enojo te mantiene vinculado a esa persona.
e. Te reintegra, al menos parcialmente, una sensación de control cuando, en tu frustración, te sientes repentinamente fuera de control.
f. Intimidas a la otra persona y la mantienes a raya.
Veamos ahora los 2 pasos para manejar el enojo:
- Sabemos que van a sonarte muy simples, pero tendría que ser necesariamente una solución muy compleja para ser una buena solución.
- O eres de los que creen que lo más caro siempre es lo más bueno.
- Si padeces de continuos ataques de ira o eres de carácter explosivo, quizá tus propios mecanismos de defensa te lleven a minimizar estos dos pasos con tal de no implementarlos.
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1. Relájate
- Como lo dije, el enojo es la emoción que te prepara para la pelea en el flight or fight.
- Por lo tanto, tu cuerpo se llena de energía y adrenalina, cada músculo de tu cuerpo está activado, cada órgano está listo para el combate.
- Tu cuerpo se tensa y tu capacidad de reflexionar se bloquea.
- Se afecta tu pensamiento, exagerándose y distrosionándose, de manera proporcional a la activación que tu cuerpo tiene para luchar
- Generalmente lo que se presentan ataques verbales, a menos que hayas contenido el enojo, entonces podrían presentarse ataques físicos impulsivos.
- Los ataques verbales son torpes, poco articulados, poco razonables y con el único objetivo de demostrar al otro que tienes la razón o buscar venganza.
- Usa o aprende alguna técnica de relajación estructurada.
- Respiración diafragmática, meditación, escuchar música tranquilizante, imaginación guiada, autohipnósis, acupresión, Yoga, etc.
Si no conoces ninguna, o si no has podido aprender una:
- Cierra los ojos, toma una respiración profunda y exhala muy lentamente el aire. Hazlo por 3 repeticiones.
Si esto no te funciona, entonces:
- Haz ejercicio vigoroso no violento.
- Correr, saltar, caminar vigorosamente, levantar pesas, etc.
- Golpear un costal, una almohada o cualquier otro método violento, no es algo que suelo recomendar salvo como un caso desesperado donde no haya otra alternativa.
- El canalizar el enojo por la vía física violenta, genera anclajes y patrones de agresión.
- Aunque liberas el enojo de manera muy eficiente, tu mente aprende a hacerlo a través de golpear.
2. Reevalúa
Revisa la situación
El enojo no se deriva principalmente de lo sucedido, sino de la interpretación que damos a lo sucedido.
Hazte, por ejemplo, las siguientes preguntas:
- ¿De verdad esa persona quería lastimarme?
- ¿Es posible que esté exagerando las cosas?
- ¿Me estoy tomando demasiado en serio esto?
- ¿De veras quiere pasarse de listo?
- ¿O tendrá necesidades legítimas como las mías?
- ¿Es esto personal o así suele tratar a la gente?
- ¿Cómo he contribuido a que todo esto sucediera?
- ¿No estaré tomando las cosas demasiado literal?
- ¿Qué otra razón, además de la que ya he pensado, podría haber motivado a esta persona a actuar de esta manera?
Estos dos pasos son una excelente herramienta, pero como cualquier otra, necesita que la llevas a cabo y que la practiques.
Seguramente al principio lo harás torpemente y aún con mucha frecuencia volverás a dejarte llevar por el enojo, pero ese no es motivo para rendirte.
Continúa llevando a cabo lo que te hemos sugerido, o encuentra tu propia manera, pero recuerda, si sientes que no puedes, es tu responsabilidad buscar ayuda profesional.