El suicidio en adolescentes se puede prevenir, especialmente se se habla de ello evitando tabúes e información errónea.
El suicidio en adolescentes es más frecuente entre edades de 14 y 29 años de edad. De siete mil 896 personas que cometieron suicidio, dos mil 293 tenían de 20 a 29 años de edad y mil 260 eran adolescentes de 10 a 19 años. Sumados (tres mil 553) son casi la mitad de los suicidios de 2020.
El suicidio “va como en escalera; cada año hay más y más visibles”, explica la doctora Laura Barrientos Nicolás, quien está adscrita al Departamento de Psiquiatría y Salud Mental de la Facultad de Medicina de la UNAM.
Los adolescentes que pueden tener pensamientos suicidas por lo general necesitan ver a un psicólogo con experiencia en el diagnóstico y tratamiento de niños con problemas de salud mental.
El médico querrá obtener una imagen precisa de lo que está pasando de una variedad de fuentes, como el adolescente, los padres o tutores, otras personas cercanas al adolescente, informes escolares y evaluaciones médicas o psiquiátricas previas.
ALGUNOS DATOS SOBRE EL SUICIDIO
El suicidio es considerado un problema de salud pública que conlleva una tragedia para las familias y para la sociedad. estas pérdidas pueden prevenirse si se detectan los focos rojos a tiempo.
- Cada año se reportan mas de mil fallecimientos por lesiones autoinfligidas en el país.
- Existe una tasa de suicidio de 6.2 por cada 100 mil habitantes
- La taza de mortandad entre edades de 18 y 28 años se centran en hombres -con un 10.4%-, sólo el 2.2% de las mujeres recurren al suicidio.
¿CUÁLES SON LOS RIESGOS O FACTORES QUE INFLUYEN EN EL SUICIDIO ADOLESCENTE?
De acuerdo con la clínica Mayo, un adolescente puede tener pensamientos suicidas debido a ciertas circunstancias de la vida, como:
- Tener un trastorno psiquiátrico, como depresión, trastorno de ansiedad, trastorno bipolar o trastorno negativista desafiante
- Antecedentes familiares de trastorno del estado de ánimo, suicidio o conducta suicida
- Historial de abuso físico o sexual o exposición a la violencia o bullying
- Un trastorno por consumo de sustancias
- Acceso a medios, como armas de fuego o medicamentos
- Exposición al suicidio de un familiar o amigo
- Pérdida o conflicto con amigos cercanos o familiares
- Problemas físicos o médicos, como cambios relacionados con la pubertad o una enfermedad crónica
- Ser lesbiana, gay, bisexual o cualquier otro joven perteneciente a una minoría sexual
- Ser adoptado
Esto no quiere decir que los rasgos de personalidad, entorno u orientación sexual provoquen un suicidio, tiene que ver con la mezcla de factores, pero como padres, deben de estar al pendiente de estos signos para poder prevenir una situación mucho más grave.
SEÑALES DE ALERTA QUE PUEDEN SER DETONANTES
El suicidio no es algo que sucede de pronto, es algo que se ha pensado durante algún tiempo y que lleva tiempo planearlo, por esta razón como padres se debe de prestar atención a las siguientes señales:
- Hablar o escribir sobre el suicidio, por ejemplo, hacer afirmaciones como: «Ya no seré un problema para ti».
- Retirarse del contacto social
- Sentirse atrapado, desesperanzado o impotente ante una situación
- Cambiar la rutina normal, incluidos los patrones de alimentación o sueño.
- Hacer cosas arriesgadas o autodestructivas
- Regalar pertenencias cuando no hay otra explicación lógica de por qué se hace esto
Cabe mencionar que no hay razón para minimizar los problemas y emociones que puedan tener tus hijos, si algo les preocupa invítalos a que te hablen de ellos de manera segura y sin juzgarlos, puede que para ti no parezcan tan importantes, pero para ellos puede ser su mundo entero.
¿QUÉ HACER EN CASO DE QUE LOS ADOLESCENTES TENGAN PENSAMIENTOS SUICIDAS?
Es importante recordar que cualquier señal de alerta es importante tomarla en cuenta y acudir con un profesional de la salud.
En México existen varios recursos gratuitos con los que puedes contar, entre ellos se encuentran:
- Instituto Nacional de Psiquiatría
- Asociación Mexicana de Suicidología
- Así como los DIF municipales, estatales y los Institutos de salud locales.
Fuente:s OMS, Gobierno del Estado de México, Clínica Mayo y UNAM
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