El fentanilo y los anestesiólogos

Vamos a ponernos serias, seguramente han escuchado del Fentanilo, pero ¿qué onda con esto y su relación con los anestesiólogos?

Hoy vamos a aprender sobre su uso en drogas recreativas y sobre todo en el uso reciente que se ha dado a conocer que tienen algunos anestesiólogos con este opioide llamado fentanilo.

La organización global, Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, dice que más de 150 personas mueren cada día por sobredosis relacionadas con opioides sintéticos como el fentanilo.

UN POCO DE DATA…

El reporte titulado “Impacto del fentanilo ilícito se siente a ambos lados de frontera México-EE. UU”, señala que en Estados Unidos las muertes por sobredosis, principalmente a causa de opioides sintéticos como el fentanilo, se han incrementado de manera exponencial, durante 2020, los decesos por sobredosis sumaron 93,331 casos. En 2020, México, tuvo un total de 1,735 muertes por sobredosis, según datos publicados este año por la Comisión Nacional contra las Adicciones (Conadic), de la Secretaría de Salud.

En este 2022 se debió realizar la Encuesta Nacional de Consumo de Drogas, Alcohol y Tabaco (Encodat), sin embargo, el gobierno federal decidió cancelarla por cuestiones de austeridad. Los nombres callejeros del fentanilo fabricado ilícitamente incluyen: Apache, Dance Fever, Friend, Goodfellas, Jackpot, Murder 8 o Tango & Cash.

¿QUÉ ES EL FENTANILO?

El fentanilo es un opioide sintético que es hasta 50 veces más fuerte que la heroína y 100 veces más fuerte que la morfina.

EL FENTANILO COMO ADULTERANTE

El fentanilo se ha usado por muchos años en el ámbito intrahospitalario como analgésico y como adyuvante analgésico en cirugías de corta duración. Su utilidad es incuestionable en estos ámbitos y ha mejorado la atención y calidad de vida de innumerables pacientes.

En tiempos recientes, el fentanilo ha sido encontrado como adulterante de muchas drogas de abuso, como la heroína, el cristal o la cocaína, incrementando significativamente el riesgo de sobredosis fatales.

Tiene un alto potencial adictivo, a diferencia de la morfina, que se extrae de una especie particular de amapola, el fentanilo es totalmente sintético, es decir, se hace en laboratorio, esto reduce mucho los costos y tiempos de producción, pues no requiere de ningún cultivo base.

Es muy potente, por lo que produce sus efectos a dosis extremadamente bajas, en la clínica esto se regula muy bien por las presentaciones comerciales y la dosificación precisa, pero nada de esto sucede en la calle. Un kilo de fentanilo puro sería suficiente para producir la muerte de medio millón de personas.

El fentanilo de la calle, por supuesto, no es puro, pero sigue siendo muy potente, la adulteración de drogas con fentanilo plantea problemas de salud pública, como el estar preparados con el antídoto, la naloxona, en servicios de urgencias para contrarrestar las sobredosis de drogas en caso de que se presenten.

Hay que tener en cuenta que las personas pueden consumir fentanilo sin saberlo, por ello, se han presentado muertes por sobredosis en personas que declaran haber consumido cocaína (en Argentina, por ejemplo) o cristal (en México) y tienen signos de intoxicación con opioides. Entre usuarios habituales de heroína, ha aumentado el uso intencional de heroína con fentanilo.

¿CÓMO SE UTILIZA CON FINES ANESTESIÓLOGO?

Los médicos en general, y los anestesiólogos en particular, están sujetos a estrés crónico laboral por las demandas extremas de su trabajo, las jornadas extenuantes y los horarios cambiantes e impredecibles en los que deben desarrollar su actividad.

Por estas condiciones, constituyen un grupo particularmente propenso a sufrir un síndrome de agotamiento o “burnout”. Hay evidencias que indican que los médicos tienen, al menos, el mismo riesgo que la población general de desarrollar problemas de adicción a sustancias.

Estudios recientes realizados entre anestesiólogos de Brasil, Estados Unidos, Reino Unido y Uruguay señalan que su riesgo es mayor que el de otros profesionales de la salud porque su trabajo implica el contacto cotidiano con sustancias de alto potencial adictivo. Los datos sobre la incidencia de abuso de sustancias en este grupo de profesionistas son muy variables y en la bibliografía internacional van desde menos de 1% hasta 20%.

Las principales sustancias utilizadas son alcohol, opioides y cannabis, con variaciones regionales muy importantes.También se ha descrito el uso de benzodiacepinas y de algunos anestésicos como la ketamina y el propofol.

Se ha propuesto que la combinación de estrés, agotamiento y fácil acceso a sustancias muy potentes, como el fentanilo, aumentan no sólo el riesgo de mal uso y adicción, sino también el de muerte por sobredosis (accidental o intencional). Algunos estudios hablan de un riesgo de suicidio entre los anestesiólogos del doble que el de otros médicos y esto puede llevarse a cabo a través de la ingesta de las sustancias con las que trabajan.

El fentanilo, en particular, tiene un margen de seguridad estrecho y produce depresión respiratoria por lo que su uso, aunque sea experimental, es de alto riesgo. Si se combina con otros anestésicos, es mucho mayor

Fuente: Silvia Cruz Martín del Campo, Investigadora del Cinvestav (Centro de Investigación y Estudios Avanzados) del IPN, especialista en el estudio de los mecanismos de acción de las sustancias que producen abuso y adicción. Email: slcruz@cinvestav.mx // Web: cerebroyadicciones.com