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Los Nazis más crueles del Holocausto

Vamos a explicarles todo sobre los Nazis más crueles del holocasuto y cómo es que hicieron tanto daño al pueblo judío.

febrero 23, 2023

Vamos a explicarles todo sobre los Nazis más crueles del Holocasuto y cómo es que hicieron tanto daño al pueblo judío.

Viene Nadia Cattan a hablar sobre los crímenes que cometieron los Nazis más crueles del Holocausto.

Ya hemos hablado sobre el Holocausto, un genocidio perpetrado por la Alemania nazi que condujo al mundo a una sangrienta guerra: la Segunda Guerra Mundial, en la cual, murieron de 50 a 60 millones de personas.

El régimen de Adolf Hitler llevó a judíos de distintos países de Europa hacia los campos de concentración y finalmente asesinó a 6 millones de judíos.

LO QUE DEBES DE SABER SOBRE EL HOLOCAUSTO

Fue el exterminio de cerca de más 6 millones de judíos a manos del régimen nazi alemán (1933-1945). En Auschwitz, se calcula que sobrevivieron aproximadamente 7,000 personas. En México NO existe una cifra estimada. Las persecuciones antijudías empezaron en la Alemania nazi en 1933.

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Foto: Shutterstock

LOS NAZIS MÁS CRUELES DEL HOLOCAUSTO

HENRICH HIMMLER

Nació en el año 1900 en Munich, Alemania. Tras la firma del tratado de Versalles, Himmler estudió Agricultura en la Universidad Técnica de Múnich, donde ingresó en una fraternidad nacionalista. Allí empezó a leer literatura de índole racista y de ultraderecha.

Fue el líder de la SS (Schutzstaffel o escuadrones de protección) que eran originalmente una organización paramilitar que brindaba seguridad al Partido Nazi, mismo cuerpo policiaco que se encargó de la deportación y exterminio del pueblo judío y otras minorías.

Esto lo hace responsable directo del Holocausto. Con todo el poder en sus manos, Heinrich Himmler y el segundo más temido después de Hitler, fue el encargado de planear los crímenes que acabarían con la vida de más de seis millones de personas conocido como la Solución Final.

También se encargó de la supervisión y el control del sistema de campos de concentración nazis, incluida la explotación económica del trabajo de los prisioneros como medio de exterminio.

Sus diarios cayeron en manos del Ejército Rojo a finales de la Segunda Guerra Mundial y, como tantos otros informes, acabó olvidado en un archivo ruso. Las notas cuentan que Himmler recibió un masaje antes de ordenar la ejecución de diez polacos. También instó a las SS a entrenar a perros para mantener separados a los prisioneros de Auschwitz.

Himmler se veía a sí mismo como a una reencarnación del rey sajón Enrique I el Pajarero, que según la tradición germana sentó las bases del Imperio alemán. Su pasión por las ciencias esotéricas hizo que cada vez estuviera más interesado en la astrología, y finalmente decidió consagrar el castillo de Wewelsburg como centro de sus teorías espiritualistas y neopaganas.

Ahí, los máximos jerarcas de las SS debían llevar a cabo diversos ejercicios de purificación. Los Einsatzgruppen (unidades especiales de las SS) se formaron para asegurar la documentación y las oficinas gubernamentales en los territorios que Alemania conquistó antes de la Segunda Guerra Mundial.

Con la autorización de Hitler, y bajo su dirección los Einsatzgruppen (reorientados como escuadrones de la muerte) seguían al Heer (Ejército) en su avance por Polonia, y para finales de 1939 ya habían asesinado a unos 65 000 judíos, intelectuales, y otros grupos civiles polacos.

Las milicias y las unidades del Heer también tomaron parte en estos asesinatos. Bajo las órdenes de Himmler, también se encargaron de reunir a judíos y otras víctimas para su envío a guetos o campos de concentración.

El 21 de junio de 1941, un día antes de la invasión de la Unión Soviética, Himmler encargó a sus colaboradores la preparación del llamado Generalplan Ost (Plan General para el Este); el plan fue finalizado en julio de 1942, y preveía que los Estados Bálticos, Polonia, Ucrania occidental y Bielorrusia serían conquistados y repoblados a su vez por diez millones de ciudadanos alemanes.

Los habitantes nativos de estas zonas (alrededor de 31 millones de personas) serían expulsados hacia el Este, asesinados mediante la hambruna, o empleados como mano de obra forzada. Ideó cómo los judíos tendrían que trabajar hasta la muerte y cómo los que no pudieran trabajar serían asesinados de inmediato. El cálculo del número de judíos que tendrían que ser asesinados sería de unos once millones.

Finalizada la guerra, intentó sin éxito negociar con los aliados, e incluso se reunió con un representante del Congreso Judío Mundial en abril de 1945. A principios de 1945 ordenó que se detuviera parcialmente el exterminio en masa de los judíos e incluso comenzó negociaciones con representantes de varias organizaciones internacionales que ofrecían comprar decenas de miles de judíos húngaros. Por esto fue considerado como un traidor y destituido de sus cargos.

Cuando Himmler entendió que Alemania perdería la guerra, intentó poner a salvo a su mujer e hija, aunque ya había formado una segunda familia en Berlín. Ordenó a un comando de las SS recoger a su hija, Gudrun y su esposa oficial, Marga, en la residencia familiar en Baviera y conducirlas a Tirol.

Tres semanas después fueron detenidas por soldados estadounidenses y hechas prisioneras. Himmler fue un personaje sombrío, un fanático del misticismo ario,su participación en el Holocausto le obligó a huir de Alemania tras la derrota final y después de ser capturado por los británicos se suicidó ingiriendo una cápsula de cianuro.

YOSEF GOEBBLES

Uno de los Nazis más crueles del Holocausto, nació en 1897 en Rheydt, Alemania. Durante su infancia, Goebbels sufrió una poliomielitis por la que tuvo que someterse a una intervención quirúrgica a los diez años, lo que le provocó una parálisis parcial en una pierna y le obligó a llevar una prótesis y unos zapatos especiales, lo que le impediría participar en la Primera Guerra Mundial.

Considerado un maestro de la manipulación, Goebbels aprovechó su infancia y su juventud para leer y formarse. Impulsado por un enfermizo narcisismo, necesitado de un constante reconocimiento dentro del movimiento nacionalsocialista (al que se había unido en la década de 1920) y dotado de una oratoria fluida y convincente, fue capaz de “encandilar” a todos los que le escuchaban con sus discursos cada vez más racistas.

Ya con Hitler en el poder, Goebbels fue nombrado ministro de Propaganda y de Información, cargo con el que se mantuvo fiel a las políticas que había propagado en el NSDP (Partido Nacionalsolcialista Obrero Alemán), logró dar a los alemanes una imagen impecable del partido nazi, logrando admiración en todos los alemanes y provocando el antisemitismo que caracterizó a la población alemana.

Autor de la frase: “Una mentira repetida mil veces se convierte en verdad”. En 1926, el Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán lo nombró líder del partido en Berlín.

Con el populismo de sus discursos explotaba los miedos de la sociedad alemana, expandiendo el odio hacia lo extranjero y haciendo creer a todos que sólo una persona podía salvarlos del desastre y la humillación que había significado la firma del Tratado de Versalles, que marcó el fin de la Primera Guerra Mundial. Ese salvador no era otro que Adolf Hitler.

Durante el transcurso de la Segunda Guerra Mundial, el papel que tuvo el ministerio de Goebbels fue centralizar el control de la vida cultural e intelectual de Alemania, específicamente a través de este medio –sin el cual el sistema hubiera carecido de apoyo popular y no hubiera podido mantener su control contra la propaganda antinazi– mantuvo la maquinaria propagandistica del Tercer Reich muy activa.

Tal era la fe del pueblo alemán en las palabras de Goebbels, que en los últimos días de la guerra, cuando la derrota del ejército alemán ya era inminente, el ministro hizo creer a la gente a través de enfervorecidos mensajes en la radio, que la victoria aún era posible.

En 1943, Goebbels pronunció su discurso más largo y famoso de la historia del Nacionalsocialismo, en el que llamó a los ciudadanos a una guerra total y a «soportar valientemente la batalla para alcanzar la grandeza». El 1 de mayo de 1945, Joseph Goebbels, se suicidó junto con su esposa y sus seis hijos en el búnker de Berlín de Hitler.

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Foto: Shutterstock

HERMAN GÖRING

Nació en 1893, en Rosenheim, Alemania. Estrecho colaborador de Adolf Hitler, lideró la represión a la oposición y fundó la terrible policía secreta nazi, Göring también era un amante de la buena vida, del arte, que excluyó a los judíos, y un adicto a la morfina y a las orgías.

Como ex oficial del ejército, Hitler concedió a Göring el mando de las Tropas de Asalto (SA) y también participó en el fallido golpe de Estado (putsch) de noviembre de 1923. Uno de los nazis más crueles del Holocausto fue Comandante Supremo de la Luftwaffe, la temida fuerza aérea alemana (Jefe de la aviación alemana) y encargado de bombardear docenas de ciudades por toda Europa, provocando la muerte de millones de personas civiles inocentes.

Göring fue, en la última parte de la guerra, el segundo al mando. Como ministro del interior en Prusia aprovechó para «nazificar» a la policía prusiana con la incorporación de algunos miembros de las SA, las SS y los Stalhelm, una organización paramilitar nacionalista dedicada a perseguir a la oposición e internar a sus miembros en los primeros campos de concentración.

Al final, aquel grupo policial se acabaría convirtiendo en algo mucho más poderoso: la Gestapo, la policía secreta del nazismo, utilizada por el Estado para infligir terror entre la población y neutralizar a los elementos de la sociedad que el gobierno consideraba «peligrosos».

También fue parte de los encargados de planeación y construcción de los primeros campos de concentración. Retirado de la vida política, Göring se dedicó a disfrutar de una vida de lujos, de las obras de arte expoliadas a los judíos y a los museos de las ciudades ocupadas, y también de los muchos regalos que recibía de aquellos que buscaban sus favores.

Su salud se fue resintiendo. Su creciente obesidad estaba causada por una enfermedad hormonal y por un consumo excesivo de tabletas de codeína (un derivado suave de la morfina), a las cuales era adicto. Esta adicción, de la cual habría intentado desintoxicarse en varias ocasiones a lo largo de su vida, acabaría afectando tanto a su carácter como a su aspecto físico. A veces estaba eufórico y otras deprimido, se mostraba egocéntrico y vanidoso y se vestía de un modo extravagante, usando condecoraciones y joyas recargadas.

Mientras esperaba ser juzgado como criminal de guerra, Göring se defendió con mucha habilidad delante el Tribunal Militar Internacional de Núremberg. Su megalomanía hizo que se considerara el “acusado estrella” y una figura histórica, y negó cualquier tipo de complicidad en los crímenes cometidos por los nazis afirmando que todo había sido obra de Himmler.

Nada de eso lo libró de una condena a muerte. Tras escuchar el veredicto, Göring le dijo al soldado que lo custodiaba: «Bueno, a fin de cuentas, cargo con la pena máxima». Göring murió en la prisión de Núremberg el 15 de octubre de 1946, la noche antes de cumplirse la sentencia, tras ingerir una cápsula de cianuro.

REINHARD HEYDRICH

Nació en 1904, Halle, en Alemania. Definido como el «alemán ideal» por su físico espectacular: rubio, 1,88 metros, ojos azules y una presencia imponente, Reinhard Heydrich, el verdugo de Hitler, fue considerado uno de los jerarcas nazis más viles.

Puso en funcionamiento 3 campos de exterminio en Polonia: Belzec, Sobibor y Treblinka. (Operación REINHARD). Heydrich quedó al mando de la ocupación en Checoslovaquia y fue tanta su crueldad que fue apodado el carnicero de Praga.

Heydrich se ganó el apodo de el «Carnicero de Praga» o la «Bestia rubia», cuando dos semanas después de tomar posesión de su cargo ordenó fusilar a 550 personas consideradas disidentes. Heydrich fue el “artífice” del plan que sirvió para que Alemania tuviera la excusa perfecta para atacar Polonia e iniciar así la Segunda Guerra Mundial.

Dentro de la llamada Operación Himler, las SS simularon un ataque por parte del ejército polaco a una estación de radio alemana en la localidad polaca de Gleiwitz, muy cerca de la frontera. En realidad se trataba de media docena de militares alemanes disfrazados con uniformes polacos y liderados por el mayor de las SS Alfred Naujocks.

Una de las acciones más “audaces e ingeniosas” que se atribuyen a Heydrich fue la de orquestar la Operación Skoblin, que consistía en la falsificación de documentos para implicar a generales rusos –de uno de los cuales, Nikolai Skoblin, tomó el nombre la operación– con los servicios de espionaje alemán.

La principal atribución de Heydrich dentro de las SS fue la de establecer un modus operandi para el Servicio de Seguridad nazi. Trabajando a la sombra de Heinrich Himmler, Heydrich estaba obsesionado en descubrir informaciones y denuncias, ya fueran reales o inventadas, puesto que sabía que de lograrlo eso sería su pasaporte para entrar a formar parte de la alta jerarquía del Tercer Reich.

Heydrich tenía la tarea de investigar, detener y eliminar a cualquier elemento opositor al régimen, colaboró en la invasión que se estaba llevando a cabo de la URSS, y para ello creó una milicia a la que llamó Einsatzgruppen (grupos operativos), que en realidad eran escuadrones móviles de ejecución formados por por miembros de las SS, se estima que aquellos escuadrones acabaron con la vida de cerca de un millón de personas entre líderes comunistas y gitanos.

La política de Heydrich estaba basada en una máxima muy simple: «O conmigo, o contra mí», lo que hizo de él una de las personalidades más odiadas por los checos, incluso más que el propio Hitler. Junto con su esposa Lina, Reinhard celebraba lujosas fiestas a las que acudían miembros de la sociedad checa que habían dado muestras de «lealtad» (los cuales eran premiados con dinero, viajes y estancias en hoteles de lujo).

Heydrich murió el 4 de junio de 1942 a consecuencia de las heridas recibidas por un atentado checo y por su obstinación en ser tratado por un doctor de su confianza en Berlín. La tardanza en iniciar el tratamiento le causó una septicemia que acabó con su vida.

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JOSEF MENGELE

Nació en 1911 en Günzburg, Baviera. Obsesionado por mejorar la raza aria, el médico nazi Josef Mengele realizó crueles experimentos en su laboratorio del campo de exterminio de Auschwitz.

Su frialdad y falta de compasión le dieron el apodo de “El Ángel de la Muerte”. Este criminal nazi nunca pagó por sus crímenes. Tras lograr escapar de quienes lo buscaban para juzgarlo, Mengele pasaría el resto de su vida oculto en Argentina y Brasil.

En la época en que Mengele estuvo en la Universidad de Múnich, el Partido Nazi ya era la segunda fuerza en el parlamento alemán. En 1937 se convirtió en asistente del genetista Otmar Von Verschuer, cuyas investigaciones con gemelos eran uno de los principales campos de interés del joven Mengele.

Pronto se dio cuenta de que si quería prosperar debía mostrar todas sus simpatías por los que posiblemente pronto serían los dueños de Alemania. Sus crímenes se conocen con el término porrajmos, palabra que en lengua romaní significa literalmente «devastación» o «aniquilación».

Apodado el «Ángel de la Muerte» por los presos de Auschwitz, Mengele se paseaba frente a ellos impecablemente vestido y señalandoles con un bastón quién debía ir directamente a las cámaras de gas o quien tenía la «suerte» de ser destinado a trabajos forzados. Todo esto lo hacía con total frialdad, mientras silbaba y miraba fijamente a los prisioneros con el fin de encontrar algo interesante, como alguna pareja de gemelos, que en aquel entonces era su principal fuente de investigación.

Quería conocer su genes para, de esta manera, potenciar el nacimiento de niños arios, uno de sus objetivos era modificar la pigmentación del iris con el fin de lograr más niños con ojos azules. Otro de sus experimentos consistía en inseminar artificialmente a las prisioneras que presentaban antecedentes familiares de gemelos. Tras el parto, si la mujer solo paría un bebé, este era depositado aún con vida en el horno donde se arrojaban los desechos biológicos y la madre era llevada de inmediato a la cámara de gas.

Algunos de sus experimentos fueron coser a personas como si fueran siamesas, inyectar tinta en los ojos o someter a los prisioneros a cabinas de alta presión. Protegido por la comunidad alemana filonazi de Brasil, Josef Mengele murió el 8 de febrero de 1979 ahogado en la playa de Bertioga a los 68 años a causa de un infarto cerebral.

Fuente: Nadia Cattan, Especialista en Historia Judía. Periodista por la Universidad Anáhuac.

Web: nadiacattan.com // FB: @NadiaCattanJ // IG:  @nadia_cattan // YT: @nadiacattan6376

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