La historia de éxito comienza cuando Arnaldo Caprai puso en marcha una pequeña empresa textil en 1955, la mercancía primordial era la lencería femenina y la mantelería del hogar. En 1966 se especializa en los hilados de lujo y crea Maglital, la empresa que hoy es conocida como Cruciani.
A principios de los años noventa, Luca entra en juego y da con la clave que lanzará a la firma familiar hacia una nueva dimensión: la idea clave era renovar el concepto formal que los caracterizaba y pasar a ser una pieza moderna.
En 2011, la línea de bisutería en macramé se convirtió en un must have en todo el mundo. La segunda generación Caprai era en realidad el artífice del milagro, pero la primera es la semilla del éxito.
Pulseras Cruciani
La marca nace del apellido de una ex novia de Luca Caprai y hoy ha llegado a convertirse en una de las marcas más famosas del mundo.
Están hechas de macramé de encaje de aguja y son 100% made in Italy. Se han convertido en iconos del pensamiento y la vitalidad de la marca.