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2024-12-21 16:09:17

Incertidumbre

No hay peor tortura que estar pensando si te vas a enfermar o no, si te quiere o no te quiere o sentir que en cualquier momento te corren.

septiembre 3, 2020

Natalie Roterman
Jefe editorial revista Moi
TW :@natroterman

Shulamit Graber
Psicóloga clínica y terapeuta de pareja y familiar con más de 30 años de
experiencia. Autora del libro: Agonía en la incertidumbre.
TW: @shuly_graber
Fb. Shulamit Graber terapeuta
Instagram: Shulamit Graber
Infoshulamitgraber@gmail.com

NO LO SÉ, PUEDE SER, TAL VEZ, A LO MEJOR, QUIÉN SABE
¿Sabes qué es peor que saber que viene algo malo? NO SABER QUÉ VIENE.
No hay peor tortura que estar pensando si te vas a enfermar o no, si te quiere o no te quiere o sentir que en cualquier momento te corren. Lo malo es que esto es inevitable, lo bueno es que tenemos las herramientas para que, a pesar de no saber, puedas seguir adelante con paz en tu alma.

SHULAMIT GRABER
El poder de la incertidumbre: La vida es una permanente exposición a lo inesperado. Donde muchos ven un problema paralizante, otros encuentran una oportunidad para evolucionar

La incertidumbre es de los «espacios» más difíciles de sostener, solemos buscarle rápida «solución», rápida «salida»… frente a la incertidumbre se buscan remedios, oráculos, técnicas. Buscamos resolver porque resolver es el símbolo de éxito, nuestra forma de entender que algo estamos haciendo
Estar (a diferencia de hacer), implica estar ahí en lo incierto, en ese espacio en el que probablemente si hacemos menos, es mejor (como lo mencionaste hace rato en nuestra sesión).
Pero como «no hacer» en este tiempo del «haz», «conquista», «demuestra», «tú puedes», representa el contrario a éxito, buscamos incluso salidas/respuestas mágicas que no resuelven pero que nos quita la sensación de incertidumbre porque (creemos) estar tomando control sobre ella.

Los seres humanos tienen una asombrosa capacidad para olvidar que una de las pocas certezas con las que pueden contar a lo largo de la vida es que esta va cambiando. En cuanto las cosas dan un giro inesperado, tendemos a sentirnos abrumados por la incertidumbre. Pero cuando empezamos a aplicar la idea del quizás vemos que el ciclo del cambio es incesante.

El ser humano se aferra de forma natural al mundo conocido, a lo previsible. A medida que nos convertimos en adultos, solemos hacer las mismas cosas y esperamos resultados que nos son familiares. Esto nos produce una sensación de control que da calma, aunque ya estemos aburridos con nuestra vida.

Para algunas personas la incertidumbre es insoportable por lo que el que “la sufre”, tiene que actuar para reducirla, al menos hasta que acepte niveles aceptables.

Entonces, ¿qué pasa con lo incierto?
Primero: empezamos a generar un montón de expectativas, miedos, ideas y pensamientos de cómo va a pasar lo que no estamos pudiendo saber cómo va a ser. Y en el 90% de los casos no va a ser ni como lo pensamos ni como lo creemos.
Y segundo, el control es algo muy importante para el ser humano. Lo incierto te confronta al no poder tener control de algo. Y aunque sea mínimo, nosotros tenemos la necesidad de tener el control. Por lo general, te levantas, desayunas, haces tu chamba, controlas un poco tu vida.
Pero imagínate que tú no sepas qué va a pasar mañana en tu vida. Entonces lo que no sabemos nos angustia, precisamente porque nos pone frente a la carencia de control.

¿Quiénes la manejan mejor?
número 1: la gente que tiene un proyecto de vida. Esa es su columna vertebral.
número 2: La gente que sabe ser creativa y curiosa, otra característica muy importante porque bien dicen que en época de llantos, hay quien hace pañuelos. Esa es la gente que tiene la capacidad de reinventarse continuamente, le es muchísimo más fácil la incertidumbre.
número 3: Tiene que ver con el bagaje cultural, porque sí puede haber un condicionamiento social. Si vienen de un entorno familiar o social con muchos miedos, angustias, normalmente es gente que carece de un aparato estructurado para enfrentar crisis.

Paso a paso
Hay varias maneras inmediatas de detenerte y tranquilizarte ante la incertidumbre.
Acortar la longitud de tus pensamientos. No te dejes llegar más lejos de lo que sí sabes.
Hacer una dieta mental, no consumir chatarra. Elegir de todos los estímulos e información a los que tienes acceso, a qué vas a poner atención. Eso es muy importante. Frente a una crisis, tienes estructuras y entonces tú tienes que volverte a reconstruir. Y para eso tienes que poner atención a qué elementos vas a elegir focalizar tu atención.
Divide tus gajos. En una época de crisis, si tu vida es una mandarina, llena de gajos, ¿cuántos gajos le vas a dedicar a cada cosa? Porque la incertidumbre genera mucho descontrol y el descontrol genera angustia y miedo y la angustia y miedo generan depresión. La mayoría de la gente que está deprimida es que se dedica a ver los chats, los memes, las noticias y todo el día está en eso porque quiere saber más. Y en la incertidumbre menos es más.

Todo tiene un lado bueno
Cada vez que hay un momento incierto en tu vida, es como si tuvieras la oportunidad de volverte a construir porque como la incertidumbre resquebraja la identidad, nos vuelve a cuestionar quiénes somos frente a la vida, frente a ti mismo, en sí mismo es una oportunidad de reinventarte.
Un momento incierto te hace parar el acelere, la rutina que no te deja detenerte y si eres hábil, puedes reinventarte. Eso es lo más importante, y así puedes convertir una crisis en una oportunidad de crecimiento.
Lo incierto te plantea a pararte porque no puedes seguir, es como si se abre un abismo, entonces tienes que ser creativo sobre qué hacer: lo cruzas, no lo cruzas, cómo lo cruzas, te reinventas. Por eso las crisis, cuando la gente de veras las usa para reflexionar, son oportunidades de crecimiento.

 

septiembre 3, 2020