fbpx
2024-12-18 22:11:17

¿Por qué no necesitamos el amor romántico?

Para todos los que creen que el amor se trata de medias naranjas y viven enamorados del amor de cuento, aquí les explicamos qué onda con la sobrevaloración del amor romántico y por qué no lo necesitamos en nuestra vida.

mayo 4, 2022

Dra. Anna Machin
Antropóloga evolutiva, escritora y locutora. Es reconocida mundialmente por su trabajo que explora la ciencia y la antropología de la paternidad y su interpretación interdisciplinaria del amor humano. Sus áreas clave de investigación son la ciencia y la antropología de la paternidad, la familia humana en toda su diversidad, la red social humana, las relaciones románticas y la influencia de la innovación tecnológica en nuestro comportamiento y salud. Ha escrito para The Guardian, The New York Times, Aeon y Medium.
TW: @dr_aMachin
annamachin.com

En las sociedades occidentales, el amor a menudo se presenta a través del cliché de dos mitades que se encuentran para sentirse completas.
La historia se reproduce con frecuencia en la literatura, el cine y la televisión, pero puede ser bastante dañina cuando se traslada a la realidad.
La SOBREVALORACIÓN DEL AMOR ROMÁNTICO puede hacernos olvidar la importancia que tienen otros tipos de amor.
NO NECESITAMOS EL AMOR ROMÁNTICO en nuestra vida. Hay muchas otras formas de amor capaces de satisfacer nuestras necesidades.

Otros amores
Anna, ha estudiado en su último libro ¿por qué amamos: la nueva ciencia detrás de nuestras relaciones más cercanas?
El cariño entre la pareja es una razón, pero también existe el amor entre amigos, padres e hijos e incluso el amor por lo sagrado.
La EXCESIVA IMPORTANCIA que le damos al amor romántico también puede crear la falsa idea de que todo el mundo necesita una pareja romántica o una relación de cuento de hadas, lo que genera desilusión, ya que hay mucha gente que no encontrará a alguien para vivir esta experiencia o, simplemente, no quiere pasar por todo lo bueno y lo malo que implica estar enamorado.
Le estaríamos haciendo un gran favor a los niños y jóvenes si pudiéramos volvernos más realistas sobre lo que es el verdadero amor romántico, porque necesitamos recalibrar el espacio que ocupa nuestras vidas.

El amor romántico: una construcción cultural
El amor romántico es una construcción cultural. Hasta mediados del siglo 17, los humanos cultivaban lo que los científicos llaman amor reproductivo.
Recién empezamos a llamar amor romántico cuando, para el siglo 18, los poetas decidieron romantizarlo y las ideas de este amor que conocemos hoy comenzaron a tomar forma en la literatura.
La imagen construida en torno al romance, por cierto, también varía mucho según la cultura: Hace 50 años en China, el concepto de encontrar un alma gemela era completamente desconocido. Hoy, los jóvenes hablan y saben más sobre el amor romántico, porque fueron expuestos a películas y otros materiales producidos en el mundo occidental.
Las encuestas demográficas muestran que el amor romántico está, en cierta medida, perdiendo importancia en nuestras vidas.
Según la Oficina de Estadísticas Nacionales del Reino Unido, se estima que el número de personas que viven solas crecerá a más de 10 millones en el país para 2039.
Además, solo uno de cada seis británicos todavía cree en la idea de que hay «una persona adecuada».
OJO: el amor romántico no debe ser el objetivo final de nuestras vidas. Según Anna, ese cambio lo impulsan principalmente las mujeres, que se sienten más libres para vivir su vida sin una pareja a su lado.
Los cambios en la política, la sociedad y nuestra propia comprensión de lo que es el amor o lo que constituye una familia están cambiando lentamente la forma en que vemos y priorizamos el amor romántico.

¿Por qué amamos?
No hay una respuesta única para esta pregunta y todo depende del contexto que analicemos.
Lo más sorprendente del amor humano es que puede dirigirse a muchas personas y seres diferentes: podemos amar a nuestros amigos, a nuestra familia, a nuestros hijos y a nuestros amantes. Pero también podemos amar a un dios, a nuestras mascotas e incluso a celebridades que no conocemos.
Según Anna, en el nivel más básico, la finalidad del amor es la supervivencia y la garantía de la evolución.
Los seres humanos necesitan transmitir sus genes, mientras que las madres necesitan una red de apoyo para criar a sus hijos.

Pero más allá de eso, el amor también es una adicción, respaldada por un conjunto de neuroquímicos como la oxitocina, la dopamina, la serotonina y la beta endorfina que nos hacen querer estar con la persona que amamos.
También hay componentes sociales y personales que definen las razones por las que amamos. No todos experimentamos el amor de la misma manera ni deseamos lograrlo por las más mínimas razones, y el lugar donde nacimos, la forma en que nos criaron e incluso nuestra genética pueden influir en nuestras elecciones.
Decimos popularmente que el amor es una emoción, pero en realidad es algo mucho más complejo que eso.
El contexto social en el que nos criamos y vivimos como adultos tiene una gran influencia en la forma en que sentimos y mostramos amor.
Nuestra relación con el amor puede cambiar según las relaciones que observemos a nuestro alrededor y tomemos como ejemplo para nosotros mismos. La cultura también puede tener un gran impacto aquí.
FACT: De acuerdo a un estudio publicado en 2016 en la revista académica Psychology in Russia con personas originarias de África Central, Brasil y Rusia. Mientras los brasileños entrevistados usaban a menudo la palabra honestidad para describir el amor y asociaban el sentimiento con la moral y la familia, los términos más mencionados por los rusos eran sufrimiento, confianza y sacrificio. Los centroafricanos, por otro lado, usaron la palabra ternura para hablar sobre el amor; para ellos, el sentimiento está íntimamente relacionado con el lado espiritual.

¿Cuál es la influencia de la genética?
Los genes estudiados en su investigación están asociados con los neuroquímicos que sustentan el amor.
Son los llamados genes receptores: los neuroquímicos del cerebro se adhieren a estos receptores y provocan sensaciones o desencadenan comportamientos.
La cantidad, la ubicación y la capacidad de los receptores para conectarse con los químicos influyen en cómo los humanos experimentan el amor. Si una persona tiene una cantidad muy alta de receptores de oxitocina en el cerebro; experimentará una sensación de amor mucho más fuerte que alguien que tenga una cantidad más baja.
Los genes también pueden hacer que algunas personas sean más empáticas, físicamente cariñosas o incluso más apegadas a sus seres queridos.

mayo 4, 2022