Max Kaiser
Fundador del Centro para la Integridad y la Ética en los Negocios (CIEN). Es autor del libro “El combate a la corrupción, la gran tarea pendiente en México”.
Twitter:@MaxKaiser75
Se suele abusar del término “Histórico”. A todo le decimos así, y al final, nada resulta ser tan dramático y tan trascendente como pensábamos. Sin embargo, este año se siente como uno de definiciones importantes.
Muchos sentimos que el 2019 nos atropelló. Para mí fue un año especialmente difícil. Un año de retos personales muy complejos, que parecían siempre más rudos por el contexto nacional y global.
De pronto parecía que todo aquello que creíamos resuelto, estaba siendo cuestionado o estaba por romperse. La democracia, el racismo, la intolerancia, los derechos humanos, la justicia, etc.
No exagero cuando digo que la democracia liberal en México y en el mundo está en peligro. Se trata de ese sistema de ejercicio del poder en el que un grupo de personas lo obtienen de manera temporal, a través de los votos de la gente, para ejercer las funciones que están en la Constitución y las leyes, y tratar de mejorar la vida de la gente a través de políticas públicas razonables y bien diseñadas.
Ese modelo está en peligro porque el populismo se ha convertido en una forma muy rentable de obtener el poder y administrarlo. Se trata de un modelo político que apela más al apoyo popular que al ejercicio limitado por las leyes. Que busca el aplauso rápido, fácil y diario de la gente, en lugar del gobierno lento, planeado y eficaz.
A los populistas no les interesa la verdad, los hechos ni los datos. Su poder está basado en el control diario y permanente de la narrativa política. Lo importante no es dar resultados concretos a la población, sino crear la imagen de omnipresencia en los medios, e imponer los temas de los que se habla.
Los hechos y los datos duros son tachados de simples opiniones de los detractores, y sin ningún rubor, inventan su propia realidad. La que les acomoda, la que se adapta al discurso de “Primero el pueblo”.
Estados Unidos, México, Venezuela, Argentina, Brasil, Perú, Bolivia son sólo algunos ejemplos de la región en los que este modelo empieza a imponerse. Los presidentes de estos países viven más preocupados de la narrativa y de su imagen que de gobernar y dar resultados. Para estos, las leyes son un estorbo que puede simplemente desobedecerse si “el pueblo” así los requiere.
Pero hablemos de México. Este es un año de importantes definiciones para nuestra democracia. Hay muchos riesgos que, de materializarse, podrían poner en grave peligro el sistema que hemos construido.
Les propongo así 10 cosas de las que tendremos que estar muy pendientes este año (y los siguientes):
Nuestra democracia electoral
Existe una seria amenaza, por un conjunto de reformas del partido en el poder, que pretende debilitar a la autoridad electoral
Está la duda permanente sobre la intención de reelección del presidente y las violaciones a los periodos de gobierno como en BC
Se pretende eliminar el financiamiento público de los partidos, poniendo en peligro la competencia y generando enormes riesgos de corrupción
El Sistema de Justicia
Se quiere echar abajo una de las reformas más ambiciosas y trascendentes de las últimas décadas: la del sistema penal acusatorio
Se golpea permanentemente la autonomía del Poder Judicial
Se evidencia todos los días la falta de autonomía de la Fiscalía General
El Sistema de Seguridad
Tuvimos el año más violento de la historia con la “estrategia” planteada por el gobierno
No parecen querer cambiar nada. Todo está basado en la presencia de la Guardia Nacional que es absolutamente insuficiente
El fentanilo y otras drogas químicas están cambiando todo el panorama del crimen organizado. El tráfico de armas no para, y pone en grave riesgo la vida de los mexicanos
La Economía
La economía está estancada, y al parecer es por la falta de confianza en el gobierno y en el cumplimiento de las leyes y los contratos
Esto provoca caídas permanentes en la inversión
Apenas a 20 días de haber empezado el año, la proyección está ya muy por debajo de lo que el gobierno había calculado
La Salud Pública
El desabasto de materiales y medicinas es brutal, no tiene precedentes y es un tema estructural
El cambio del Seguro Popular al INSABI se hizo con prisas y sin regulación
No habrá presupuesto suficiente
La Educación Pública
La educación pública se entregó a los dos sindicatos, que no aceptan sistemas de mejora y evaluación para maestros
Se dejó de invertir en el desarrollo de habilidades digitales e inglés, que son los dos grandes diferenciadores en el futuro de los alumnos
Tampoco habrá presupuesto suficiente
La implementación del nuevo TLCAN
Hay un reto enorme en dos capítulos: anticorrupción y contrataciones públicas
Es importante aterrizar la capacidad de verificar medidas ambientales y laborales, que fue negociada y aceptada al final a puerta cerrada
Será importante observar el desarrollo de las elecciones norteamericanas para poder evaluar el impacto que tendrá el TLC
Los Programas Sociales
Se implementaron con prisa y sin reglas claras de operación
No se ha rendido cuentas sobre resultados concretos
Debemos esperar los resultados del CONEVAL para ver si han tenido algún impacto en la pobreza
Los Tres “grandes” proyectos de infraestructura
Nadie serio los considera financieramente viables
Serán un riesgo permanente de corrupción porque los contratos se están asignando de manera discrecional
No conocemos más que algunos datos de los proyectos
El Presupuesto federal
Es una ficción fiscal: se calculó con parámetros irreales como el crecimiento del PIB y la producción petrolera
Habrá gigantescos recortes en el año
No hay reglas claras de por dónde debe empezarse
Estos 30 riesgos, en 10 temas cruciales, tienen la capacidad de combinarse y afectar el sistema democrático en el que vivimos. Pero no son inevitables. Hay mucho que se puede hacer para frenar su avance.
Por todo esto, el año contiene enormes retos para la ciudadanía. Hay 5 cosas que serán fundamentales para nosotros los ciudadanos:
Estar mejor informados que nunca
Alejarnos de las fuentes incorrectas
Alejarnos de los debates absurdos
Estar en los debates importantes: participar
Exigir como nunca rendición de cuentas