¿Sabían que las personas noctámbulas tienen un 21% más de probabilidades de morir en comparación con las personas matutinas? Y no se debe a que nos encante dormir tarde, hay otras razones que nos ponen en riesgo.
Un estudio científico llevado a cabo en más de 23.000 individuos, en la Universidad de Helsinki, Finlandia, ha encontrado que las personas madrugadoras tienden a vivir más tiempo que los noctámbulos.
Ser noctámbulo podría poner en riesgo tu vida
Diversos estudios han observado un aumento de enfermedades en las personas con cronotipo vespertino, por ello, se deduce que tienen un mayor riesgo de mortalidad.
Se ha encontrado relación directa entre cronotipo vespertino y trastornos alimentarios como sobrepeso, obesidad, biomarcadores metabólicos no saludables, etc. o trastornos circadianos como el jet lag social.
A nivel psicológico, el cronotipo vespertino ha mostrado ser un factor de riesgo para los trastornos depresivos y los trastornos por uso de sustancias, mientras que el cronotipo matutino parece actuar como un factor protector.
Estamos preparados fisiológicamente para tener actividad durante el día y para descansar durante la noche. Sin embargo, dentro de ese patrón general, las personas se pueden clasificar en distintos cronotipos en función de sus relojes internos, condicionados por sus ritmos circadianos. Simplificando, se puede hablar de personas con cronotipo vespertino y personas con cronotipo matutino.
¿Los noctámbulos tienen malos hábitos?
Un reciente estudio publicado en la revista Chronobiology International con datos obtenidos tras un seguimiento durante 37 años a más de 23.000 adultos finlandeses, ha concluido que la mayor mortalidad asociada al cronotipo vespertino (cifrada en un 9% en la investigación) podría deberse fundamentalmente a dos malos hábitos: fumar y beber.
De hecho, según el estudio, en el caso de personas no fumadoras que, como mucho, son bebedores ocasionales, no se encontró ninguna asociación del cronotipo vespertino con la mortalidad.
El cronotipo es una característica personal, pero por razones que desconocemos vemos que los estilos de vida poco saludables parecen desarrollarse con más frecuencia entre los noctámbulos, según el Departamento de Salud Pública de la Universidad de Helsinki.
Las personas noctámbulas, tienen más probabilidades de fumar y beber más; también podría ser que, en una relación inversa, esos malos hábitos tengan el potencial de cambiar el cronotipo de una persona o que existan genes que afectan tanto al cronotipo como al consumo de alcohol y al tabaquismo.
En 2010, se publicó un artículo en el que los autores sugerían que el desajuste horario frecuente en personas vespertinas, generaría un estrés que algunas personas compensan fumando. Fumar, por tanto, podría ser una forma de hacer frente al jet lag social, similar al consumo más alto de otros estimulantes como el alcohol o las bebidas con cafeína.
¿Por qué los noctámbulos presentan parálisis del sueño?
El ciclo normal del sueño tiene etapas, desde adormecimiento leve hasta el sueño profundo. Durante la etapa del movimiento ocular rápido ( MOR), los ojos se mueven rápidamente y es común tener sueños vívidos.
Durante el sueño MOR, el cuerpo está relajado y los músculos no se mueven. La parálisis del sueño se presenta durante el cambio de etapas del ciclo del sueño. Cuando despierta súbitamente del sueño MOR, el cerebro está despierto, pero el cuerpo aún está en modo MOR y no puede moverse, causándole una sensación de estar paralizado.
Las personas noctámbulas, las que trabajan en turnos nocturnos o prolongados, o quienes se desvelan con frecuencia son los candidatos perfectos para presentar parálisis del sueño.
Esto se debe a que con el desvelo se pierde el ritmo normal de las etapas de sueño, es decir, en lugar de soñar a los 90 minutos después de quedarse dormido, se entra rápidamente a la etapa MOR provocando sueños intensos que se sienten como si se estuvieran viviendo en realidad.
Fuente: Reyes Haro Valencia. Neurofisiólogo, tiene maestría y doctorado en Neurociencias por el Instituto de Neurobiología de la UNAM.Reyes Haro Valencia, Neurofisiólogo, tiene maestría y doctorado en Neurociencias por el Instituto de Neurobiología de la UNAM.
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