Hoy viene el rockstar del amor a hablarnos sobre la ansiedad en las relaciones y cómo te puede convertir en un controlador o un controlado.
Si son de los que andan con el control a full y de pronto lo proyectan a su relación, seguramente tendrán un caso grave de ansiedad y eso para nada es bueno, especialmente con su significant other.
¿Qué es la ansiedad?
De acuerdo con Mediplus «la ansiedad es un sentimiento de miedo, temor e inquietud. Puede hacer que sude, se sienta inquieto y tenso, y tener palpitaciones. Puede ser una reacción normal al estrés. Por ejemplo, puede sentirse ansioso cuando se enfrenta a un problema difícil en el trabajo, antes de tomar un examen o antes de tomar una decisión importante«.
Si bien la ansiedad puede ayudar a enfrentar una situación, además de darte un impulso de energía o ayudarte a concentrarte, para las personas con trastornos de ansiedad el miedo no es temporal y puede ser abrumadora.
El rol de la ansiedad en tu relación
¿Alguna vez te has preguntado si estás en control de tu relación o si tu ansiedad está controlándote a ti? ¿Eres el titiritero de tu pareja o el títere de tu propia ansiedad? En la danza de las relaciones, a veces nos encontramos en el papel de titiriteros, manipulando los hilos de la interacción para mantener un sentido de control.
Pero, ¿qué sucede cuando este control se convierte en una máscara para ocultar una ansiedad profunda y persistente? ¿Qué sucede cuando nos convertimos en títeres de nuestra propia ansiedad, permitiendo que ella tire de nuestras cuerdas? Hoy, vamos a explorar este tema y a desenredar los hilos que nos atan a los intentos de controlar a una pareja y que acaban arruinando la relación.
¿De qué hablamos acá hoy?
En este caso, el término «titiritero» se refiere a alguien que manipula o pretende controlar a otra persona o incluso la relación. Y es precisamente en el contexto de una relación que puede referirse a una persona que ejerce un control excesivo sobre su pareja. Por otro lado, ser un «títere de la ansiedad» significa que nuestras acciones y decisiones están siendo dictadas realmente por nuestra ansiedad, en lugar de ser una elección consciente y autónoma.
¿Cómo es que una persona ansiosa acaba convirtiéndose en alguien controlador?
La ansiedad es una respuesta emocional a una percepción de amenaza o peligro. Cuando una persona se siente ansiosa, su sistema nervioso se activa, preparándola para luchar, huir o congelarse en respuesta a la amenaza percibida. Este es un mecanismo de supervivencia que nos ha ayudado a lo largo de la evolución a responder a amenazas reales. Sin embargo, en el mundo moderno, a menudo experimentamos ansiedad en respuesta a amenazas percibidas que no son inmediatamente peligrosas para nuestra supervivencia, como problemas en nuestras relaciones, estrés en el trabajo, preocupaciones financieras, etc.
Una forma común en que las personas manejan la ansiedad es intentando controlar su entorno. Esto puede ser especialmente cierto en las relaciones, donde las amenazas percibidas pueden ser más sutiles y complejas. Una persona puede sentirse ansiosa por la posibilidad de ser rechazada, abandonada, traicionada, etc., y puede intentar controlar a su pareja para evitar que estas cosas sucedan.
Por ejemplo, una persona que se siente ansiosa por la posibilidad de ser abandonada puede intentar controlar a su pareja manteniéndola cerca, monitoreando sus actividades, o limitando su interacción con otras personas. Esta persona puede sentir que al hacer esto, está protegiéndose de la amenaza percibida de abandono.
Sin embargo, este comportamiento controlador a menudo puede ser contraproducente. Puede hacer que la pareja se sienta controlada y resentida, lo que puede llevar a conflictos y, en última instancia, a la posibilidad de ruptura, que es precisamente lo que la persona ansiosa estaba tratando de evitar.
Además, el comportamiento controlador puede ser una forma de evitar enfrentar y manejar la ansiedad de manera más directa y saludable. En lugar de aprender a tolerar y manejar la ansiedad, la persona puede depender del control como una forma de evitar sentirse ansiosa. Esto puede llevar a un ciclo de ansiedad y control, donde la ansiedad lleva a un comportamiento más controlador, lo que a su vez puede aumentar la ansiedad.
¿Y cómo empieza a gestarse todo esto?
Las personas pueden convertirse en titiriteros en sus relaciones por varias razones. Algunas pueden sentirse inseguras y usar el control como una forma de manejar su inseguridad. Otras pueden tener miedo de ser abandonadas y usar el control para mantener a su pareja cerca. Sin embargo, en muchos casos, este comportamiento controlador es en realidad una respuesta a una ansiedad subyacente.
La ansiedad puede ser el resultado de experiencias pasadas, traumas, o simplemente una predisposición genética. Puede manifestarse de muchas maneras, incluyendo la necesidad de controlar a los demás. En este caso, la persona se convierte en un «títere» de su ansiedad, permitiendo que ella dicte su comportamiento.
Este comportamiento puede afectar de muchas maneras
Ser un titiritero en una relación puede tener un impacto significativo tanto en la persona que controla como en la que es controlada. Para el titiritero, puede llevar a un ciclo de ansiedad constante, ya que sienten la necesidad de mantener el control en todo momento. Para la persona controlada, puede resultar en resentimiento, falta de autonomía y baja autoestima.
La ansiedad puede convertir a una persona en alguien muy desconfiado y paranoico, Imagina a alguien que siempre necesita saber dónde está su pareja, qué está haciendo y con quién está; entonces, si no tiene esta información, va a querer estar constantemente controlando a su pareja para aliviar su ansiedad. Sin embargo, este comportamiento no solo aumenta la ansiedad a largo plazo, sino que también puede hacer que su pareja se sienta controlada y resentida.
¿Cómo se vería esto en la vida real?
- ¿Dónde demonios estabas? Te he estado llamando una y otra vez. ¡No respondías!
- Fui a la tienda, ¿qué pasó o qué?
- ¿Cómo que qué pasó?, que no me avisaste!
- ¿No te avisé o no te pedí permiso “mamá”?
- En primer lugar yo no tengo hijos malagradecidos y en segundo lugar deberías haberme dicho que ibas a salir. ¿Y si algo te hubiera pasado? ¿Y si te hubieras metido en problemas.
- Solo fui a la tienda, no a enrolarme en el ejército Ucraniano. Además ya me tienes harto de que quieras saber cada movimiento que hago.
- ¡Pues necesito saberlo! Necesito saber dónde estás en todo momento. No puedes simplemente desaparecer sin decirme nada.
- A que la chinita, ahora resulta. Nada más eso me faltaba, aparte de loca controladora. ¿Sabes qué? Esto ya es demasiado. No puedes controlar cada cosa que hago. Necesito mi espacio.
- ¡No! No puedes tener «espacio». ¿Quieres tu espacio para andar haciendo de las tuyas verdad? Pues no se te va a hacer. Necesito saber dónde estás. No puedes simplemente hacer lo que quieras sin consultarme!
- No, ya… esto es demasiado, es asfixiante.
- ¡No me importa! Si no te gusta, la puerta está muy ancha, pero a mi no me vas a tener con la angustia cada vez que te desapareces quién sabe a dónde.
- Ya en serio, estás enfeerrrrrrrma!!!! Vete a terapia o al manicomio, pero ya déjame en paz.
Recomendaciones prácticas
Si te encuentras en el papel de titiritero en tu relación, aquí hay algunas estrategias que puedes implementar:
Autoconciencia: El primer paso para cambiar cualquier comportamiento es reconocerlo. Presta atención a tus patrones de comportamiento y trata de identificar cuándo y por qué sientes la necesidad de ejercer control.
Manejo de la ansiedad: Aprende técnicas de manejo de la ansiedad, como la meditación, la respiración profunda y el ejercicio regular. Estas técnicas pueden ayudarte a manejar tu ansiedad de manera más efectiva y reducir la necesidad de controlar a los demás. Por ejemplo, si te encuentras sintiendo la necesidad de controlar a tu pareja, podrías tomar unos minutos para practicar la respiración profunda o la meditación para ayudarte a calmar tu ansiedad.
Comunicación abierta: Habla con tu pareja sobre tus sentimientos y preocupaciones. Explica por qué sientes la necesidad de controlar y pide su apoyo mientras trabajas para cambiar este comportamiento. Por ejemplo, podrías decir: «He notado que a veces intento controlar nuestras interacciones y creo que esto se debe a mi ansiedad. Estoy trabajando para manejar mejor mi ansiedad y apreciaría tu comprensión y apoyo».
Establecimiento de límites: Aprende a establecer límites saludables en tu relación. Esto puede ayudarte a sentirte más seguro sin necesidad de controlar a tu pareja. Por ejemplo, en lugar de sentir la necesidad de saber dónde está tu pareja en todo momento, podrías establecer un límite saludable al acordar que ambos compartirán sus planes generales para el día, pero no necesitarán informar cada movimiento.
Desarrollo de la confianza: Trabaja en la construcción de la confianza en tu relación. Esto puede ayudarte a sentirte más seguro y reducir la necesidad de control. Esto podría implicar trabajar en la comunicación abierta, ser confiable y consistente en tus acciones, y demostrar respeto y consideración por los sentimientos y necesidades de tu pareja.
En conclusión
Estas estrategias están respaldadas por diversas investigaciones científicas. Por ejemplo, un estudio de 1999 publicado en Personal Relationships encontró que el apego inseguro (bajo confort con la cercanía y alta ansiedad en las relaciones) estaba relacionado con un mayor control de las emociones y con menos frecuencia e intensidad de la emoción positiva y con más frecuencia e intensidad de la emoción negativa.
Otro estudio de 2008 en Archives of Women’s Mental Health encontró que las mujeres embarazadas con altos niveles de cortisol, que estaban asociados con ansiedad y depresión, tenían una evaluación negativa del embarazo.
En la gran obra de la vida, todos somos a la vez titiriteros y títeres. Pero no tenemos que permitir que nuestra ansiedad tire de nuestras cuerdas. Al reconocer y enfrentar nuestra ansiedad, podemos aprender a soltar los hilos que nos atan y a bailar al ritmo de nuestra propia música. Recuerda, no somos prisioneros de nuestra ansiedad. Somos los autores de nuestra propia historia. Y en nuestras manos, tenemos el poder de cambiar el guión.
Fuente: Mario Guerra. Psicoterapeuta, tanatólogo, coach ontológico, hipnoterapeuta certificado internacionalmente, conferencista y nuestro rockstar del amor.
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