Hoy les platicamos qué onda con lo que tienen en la cabeza los agresores de animales y todo lo que en México se hace para evitar estos problemas.
En México, el maltrato animal es un problema grave que requiere una atención urgente, de acuerdo con datos del INEGI, nuestro país ocupa el tercer lugar en maltrato animal en Latinoamérica, y más de 60,000 animales mueren cada año debido a este tipo de abuso. Estas cifras son alarmantes y revelan la necesidad de abordar este problema de manera integral.
Recientemente, se han dado a conocer casos impactantes de maltrato animal en México y además de la indignación que genera en la sociedad, nos da un reflejo de lo que vivimos en nuestro país, con todo el estrés, frustración y hasta odio en los corazones de los agresores de animales.
El maltrato animal en México y lo que están haciendo la población
Las cifras de maltrato animal en México son igualmente preocupantes. El Consejo Ciudadano Para la Seguridad y Justicia de la Ciudad de México ha recibido 27,892 reportes de maltrato animal entre 2019 y mayo de 2023. De estos reportes, el 91% está relacionado con perros, el 7% con gatos, el 2% con animales de abasto como gallinas o conejos, y el 1.4% con animales silvestres, incluyendo reptiles.
Afortunadamente, el maltrato animal ha sido tipificado como delito en 27 estados de México. Esto ha sido posible gracias a la presión de la sociedad y de los defensores de los animales. En la Ciudad de México, el maltrato animal ahora conlleva una pena de hasta seis años de prisión, aunque en otros estados la duración de la pena puede variar.
La psicología de los agresores de los animales
Es importante destacar que los agresores de animales presentan rasgos de personalidad preocupantes. Según especialistas en psicoterapia emocional del Centro del Bienestar Integral, estos individuos pueden ser agresivos, impulsivos y dominantes. Además, suelen tener baja inteligencia emocional, falta de empatía y una actitud desafiante. Estos rasgos de personalidad pueden representar un peligro no solo para los animales, sino también para las personas.
Los expertos señalan que es fundamental que los agresores de animales reciban tratamiento psiquiátrico y emocional durante su confinamiento y como condición para su libertad. Solo castigarlos legalmente no es suficiente, ya que esto no aborda las causas subyacentes de su comportamiento. Sin una rehabilitación adecuada, se corre el riesgo de liberar a individuos que podrían convertirse en delincuentes peligrosos en el futuro.
Además, se ha observado que la crueldad hacia los animales puede ser un indicador temprano del Trastorno Antisocial de la Personalidad, estudios han demostrado que la crueldad animal también está presente en homicidas y maltratadores de mujeres.
¿Qué es el Trastorno Antisocial de la Personalidad?
El Trastorno Antisocial de la Personalidad (TAP) es un trastorno mental caracterizado por un patrón persistente de desprecio y violación de los derechos de los demás. Las personas con este trastorno suelen tener dificultades para adherirse a las normas sociales y suelen mostrar una falta de empatía hacia los demás.
Algunas características comunes del Trastorno Antisocial de la Personalidad incluyen:
- Desprecio por las normas sociales: Las personas con TAP tienen poco respeto por las reglas y los límites establecidos por la sociedad. Suelen violar los derechos de los demás de manera recurrente, sin sentir remordimiento o culpa por sus acciones.
- Comportamiento impulsivo: Los individuos con TAP tienden a actuar sin considerar las consecuencias a largo plazo de sus acciones. Suelen ser impulsivos, tomando decisiones rápidas y arriesgadas sin pensar en las implicaciones para ellos mismos o para los demás.
- Falta de empatía: La incapacidad para sentir empatía es una característica fundamental del TAP. Estas personas no suelen mostrar remordimiento por el dolor o el sufrimiento que causan a los demás y tienen dificultades para comprender las emociones de los demás.
- Manipulación y engaño: Los individuos con TAP suelen ser hábiles manipuladores y pueden utilizar la mentira y el engaño para obtener beneficios personales. Pueden mostrar una falta de sinceridad y ser muy persuasivos en sus interacciones sociales.
- Comportamiento irresponsable: La falta de consideración por las normas y obligaciones sociales puede llevar a un comportamiento irresponsable en las personas con TAP. Pueden tener dificultades para mantener empleos estables, cumplir con las obligaciones financieras o mantener relaciones personales duraderas.
Es importante destacar que el diagnóstico del Trastorno Antisocial de la Personalidad debe ser realizado por un profesional de la salud mental, como un psicólogo o psiquiatra, utilizando criterios específicos establecidos en los manuales diagnósticos, como el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5).
El tratamiento del TAP suele ser complejo y requiere un enfoque multidimensional. Puede incluir terapia individual, terapia de grupo, medicación y programas de intervención en el ámbito legal. El objetivo principal del tratamiento es reducir los comportamientos antisociales y fomentar habilidades sociales más saludables y empatía hacia los demás.
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